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¡Rafaé! ¡Rafaé! gemía María de la Luz inclinándose sobre el herido. Y como si la desgracia le hiciese olvidar su habitual recato, faltó muy poco para que le besase en presencia de su padre. El caballo murió en la mañana siguiente, reventado por la loca carrera. Su dueño se salvó después de una semana transcurrida entre la vida y la muerte.

En la semana transcurrida, en esos ocho dias de huelga, hemos empleado las vacaciones en visitar el palacio Real, la Bolsa, las Tullerías y el Louvre, el palacio de Luxemburgo, los Inválidos, el Panteon; hemos visto tambien, no sin un grande asombro, los mataderos públicos; el Monte-Pio, algunos hospicios y hospitales, el establecimiento de los locos del Sena; hemos adquirido noticias sobre el movimiento de la poblacion; sobre los casamientos que han tenido lugar en este año; sobre el estado y operaciones de la Caja de ahorros y de la de descuentos, y sobre el fabuloso presupuesto de esta ciudad; sobre sus increibles consumos; sobre el movimiento de su aduana; sobre las sociedades mercantiles existentes en todo el imperio; sobre ferro-carriles, renta de correos, presupuesto general del Estado, comercio, deuda pública y otros detalles estadísticos.

Una cólera viril estremecía al marino después de toda jornada inútil transcurrida en la persecución de su personalidad invisible. ¡Si lo hace por interesarme más!... exclamaba . ¡Se acabó! No admito más toreo... Yo le demostraré que puedo vivir sin ella. Juró no buscarla.

La señora Angustias amaba la existencia campestre, después de una vida transcurrida en la miseria de los tugurios urbanos. Carmen también gustaba de la vida del campo. Su carácter de mujer hacendosa la impulsaba a ver de cerca los trabajos del cortijo, gozando las dulzuras de la posesión al apreciar sus extensas propiedades.

Conocía su pasado: su juventud, transcurrida en los bajos fondos del periodismo de Madrid, batallando contra todo lo existente, sin conquistar un mendrugo de pan para la vejez, hasta que, cansado de la lucha, acosado por el hambre, y bajo el pesimismo del fracaso y la miseria, se había refugiado en el escritorio de Dupont para redactar los anuncios originales y los pomposos catálogos que popularizaban los productos de la casa.

Una vez vertida esta profunda sentencia, quedó en un estado de relativo reposo. Se tendió en una butaca a pensar, y transcurrida media hora salió de casa otra vez en dirección al Saloncillo. Al entrar en el café oyó la voz de Gabino Maza que gritaba como siempre allá arriba.

A veces acaecía pasarse una hora y más sin apartar un punto la vista del sitio. Y a veces acaecía también que, transcurrida esta hora, cuando ya pensaba el enamorado mancebo que su alma se había filtrado por los poros de la obesa dama, y se apoderaba de todas sus facultades y sentidos, decía ésta por lo bajo a sus compañeras: ¡Jesús, este mico de don Pedro, qué mirón es!

Que transcurrida bien una hora, se abrió otra vez el postigo y salió un hombre, en quien el declarante conoció, á pesar de lo obscuro de la noche, por el andar, á su señor don Rodrigo Calderón; que apenas don Rodrigo había andado algunos pasos cuando fué acometido, y que queriendo ir el declarante á socorrerle, como era de su obligación, se encontró con el otro hombre, que le esperaba daga y espada en mano, y en quien á poco tiempo conoció á don Francisco de Quevedo.

Manda después a paseo a los administrados, y la Musa de los comicios agrícolas vese obligada a cubrirse el rostro. Cúbrete el rostro, ¡oh, Musa de los comicios agrícolas! Cuando, transcurrida una hora, las gentes de la subprefactura, intranquilos por su señor, entran en el bosquecillo, contemplan horrorizados un espectáculo que les hace retroceder.

Estos recién llegados también reían al ver al gigante, con un regocijo pueril, mostrando en sus gestos y sus carcajadas algo de femenino, que empezó á llamar la atención de Gillespie. Iba ya transcurrida una hora, y el prisionero empezaba á encontrar penosa su inmovilidad, cuando se hizo un profundo silencio. Procurando no moverse, torció á un lado y á otro sus ojos para examinar á la muchedumbre.