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Las mojigangas eran pequeñas piezas burlescas, semejantes á los sainetes, en que se presentaban caricaturas y máscaras. Fueron más comunes éstas en el siglo XVIII, si bien en los catálogos que existen hay algunas piezas de Calderón y de Moreto que llevan este nombre. Las zarzuelas, operetas ó composiciones pequeñas destinadas al canto. La púrpura de la rosa, de Calderón, es una de estas zarzuelas.

Se ha creído que Valencia era el lugar de su nacimiento, porque residieron allí familias de su mismo apellido; pero lo contradice el hecho que no hacen mención alguna de él los catálogos esmerados de escritores valencianos, en las grandes obras de Jimeno, Rodríguez y Fuster.

La pobre carece de todo en este desierto, y como usted recordará, nos habló hace poco de lo qué sufre por no tener aquí perfumería de París. El ingeniero sacó de un bolsillo varios papeles para dárselos á Moreno. Es un extracto de todos los catálogos de Buenos Aires que ha podido proporcionarme el gallego del boliche. Por cierto que tardó mucho en encontrarlos.

Hojeó maquinalmente las páginas de catálogos escolares, los Sermones del doctor Crammer, los Poemas de Henry Kirke White, las Leyendas del Santuario y Vidas de mujeres célebres; su ya viva imaginación, nerviosamente acrecentada por su situación especial, le representó las tiernas reuniones y conmovedoras despedidas que debían haber tenido lugar allí, y extrañose de que el aposento no guardara algo que pudiese expresar tales humanos sentimientos, y hasta había olvidado casi el objeto de su visita, cuando se abrió la puerta para dejar paso a Carolina Galba.

Muchos fabliaux y leyendas de esta especie se divulgaban así por los pueblos, y existen largos catálogos de los que sabían, conservados en las instrucciones que se daban á los actores .

«Ella misma pensó , no se ha recatado para decirme que el pobre Maxi está tan inocente de esto como yo. Lo cantará lo mismo a todo el mundo, porque ella es así, muy bocona... Pero entre dos afrentas, prefiero que le haya dado por pregonar la verdad, pues así no hará catálogos la gente, ni tendrá nadie que decir si el chico es o no es...».

Y de aquí el peregrino propósito de exponer cada personaje analíticamente ante los ojos de los espectadores, y ofrecerlo en sus elementos, á modo de operación química, cuyo conjunto se suponía constituir su esencia; los personajes, que intervenían en la acción, ó más bien dicho, que hablaban en ella, se presentaban ordenados como los insectos en el microscopio, para que se examinasen bajo los distintos aspectos de su personalidad, y ostentaban en monólogos sin fin catálogos de todas las virtudes y vicios, cualidades y afectos: he aquí la que formaba las llamadas piezas de carácter, por largo tiempo tan celebradas.

Ha de tenerse también presente, por último, que hubo un poeta cómico llamado Pedro de Roxas; una comedia, titulada Saber de una vez, atribuída en los catálogos á Francisco, lleva la firma de Pedro en un manuscrito de la Biblioteca citada. V. la colección escogida de sus comedias, en la Biblioteca de Autores españoles, y el prólogo que le precede de Mesonero Romanos.

Sobre la chimenea se alineaban en escala de tamaños, fragmentos pulidos de rieles y piezas de fundición, muestras flamantes del acero fabricado en los altos hornos de la casa. Un pequeño estante contenía libros ingleses, anuarios comerciales, catálogos de navegación, memorias sobre minería y metalurgia.

«Lo que da todavía mas valor á estos objetos, son las notas precisas sobre las localidades, las alturas y los carácteres fugitivos de todas esas plantas que ofrecen los catálogos del señor de Orbigny.