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Augusto prosiguió el conde, dirigiéndose al joven, que acababa de entrar con el manuscrito, siéntese usted y lea: le escuchamos. Obedeció Augusto, tomando asiento en el acto, y cuando todos nos hubimos acomodado bien para ser, como suele decirse, todo oídos y no perder detalle del relato, el joven comenzó así su lectura:

Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron.

Así es que hay pocos manuscritos latinos y casi todos de asuntos militares. Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario período greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor estético, salvo el pedazo del coro de Orestes, con su música.

Al comparar esta firma con otras auténticas, sin disputa de la misma colección, sospeché que pudiera ser contrahecha, por cuya razón no se perdería el trabajo examinando atentamente este manuscrito.

Nos parece que no podrian leer de corrido y de primera intencion un manuscrito, sino que recurriendo al procedimiento empleado por los Battas, segun refiere de Backer, leerian con un acento monótono, y alargando la voz, hasta dar con el sonido verdadero que, segun el sentido anterior de la frase, debia corresponder á la palabra en lectura.

Mas, como el señor la Rosa destina la edicion, si mis informes son exactos, única y exclusivamente á su patria, creo que no holgarán en esta nota las noticias del manuscrito, primero atribuido á don Juan de Sarmiento, despues anónimo y últimamente á quien le corresponde.

El resto del manuscrito de nuestra madre no tiene interés ninguno para la tercera generación de sus descendientes; son bagatelas de su virtud. Cualquiera de los pequeñuelos de hoy, que sienta curiosidad de conocerlas, las encontrará escritas de su puño, entre los dieciocho pequeños cuadernos originales, que les trasmitiré tal como los he recibido, de un inventario de los afectos del corazón.

Como ya consigné, don Diego Maldonado y Dávila recogió y coleccionó en un tomo las composiciones del doctor Salinas, manuscrito que poseyó Gallardo, y del que da noticias detalladas en su bibliografía.

En cierta ocasión, no teniendo nada que ensayar, el futuro dramaturgo escribió un diálogo en verso titulado «Los Pierrots». «Rosamunda» cogió el manuscrito y se lo llevó á Féraudy para que lo leyese, y éste, entusiasmado, habló de ello con Julio Claretie, quien impresionable y optimista como buen meridional, llamó á Rostand á su despacho de la Comedia Francesa para decirle que su obrita le había gustado mucho y que pensaba estrenarla.

Sobre mi mesa de trabajo había una montaña de resmas de papel manuscrito. Nunca la miraba con orgullo; por lo común evitaba fijarme en ella muy de cerca, y así pasaba cada día de las ilusiones de la víspera. Desde el siguiente al de mi resolución suprema me hice justicia: leí al azar múltiples fragmentos; un marcado sabor de mediocridad me revolvió el corazón.