United States or Ukraine ? Vote for the TOP Country of the Week !


Este se hallaba sentado en un cubo, cosiendo con bramante unos pedazos de alfombra vieja que habían de servir de manta a la mula. Perdona que no me levante dijo con su voz de niño . eres de casa. ¡Ay, estas piernas!... Había sustituido la casulla de piel de conejo con la otra de las grandes solemnidades: la de espejuelos y cintajos de colores, que le daba el aspecto de un salvaje de teatro.

Los dedos, cargados de sortijas de todas las épocas y todos los tamaños, apenas podían jugar para llevar la copa a los labios. Su traje, debajo del mantón alfombrado, brillaba con reflejos metálicos de oro viejo como una casulla de la Edad Media.

Aquel día, que era domingo, Riquín había sido elevado a la silla metropolitana, y estaba oficiando de pontificial cuando su mamá y Juan José disputaban. «Ven le dijo Isidora sentándole sobre sus rodillas, dándole muchos besos , y te haré una casulla de oro y un altar de plata». El chiquillo la miraba espantado.

El cura, revestido con una alba muy bella y una casulla modesta, y acompañado de dos acólitos vestidos de blanco, comenzó la misa.

En el tímpano, un relieve representaba a la Virgen rodeada de ángeles, vistiendo una casulla a San Ildefonso, piadosa leyenda repetida en varios puntos de la catedral, como si fuese el mejor de los blasones.

Donde, como es natural, había recaído particularmente su atención y esmero era en el arreo del joven sacerdote. Alba finísima de batista bordada con primor, estola, casulla del más rico tisú de oro que pudo hallarse en la capital, cáliz, de oro también, con algunas piedras preciosas.

A éste le llamaba San Eulogio «antorcha del Espíritu Santo y luz de España», pero la Historia no decía nada de sus actos. A San Eulogio lo martirizan y matan los moros en Córdoba por su excesivo entusiasmo religioso. Benito, francés de nación, que le sucede en la silla, por no ser menos que sus antecesores, hace que la Virgen le baje otra casulla en una iglesia de su país antes de venir a Toledo.

El sacerdote para el Sacrificio vestía amito, alba, cíngulo, manípulo, estola y casulla, y el diácono en lugar de esta se cubría con dalmática. Las casullas, capas, frontales y otras ropas semejantes eran de lana ó seda, y muchas veces con guarniciones de plata y oro.

Algunos se marcharon; otros, entre ellos Andrés, esperaron al cura, que entró en la sacristía mascullando latines, los ojos bajos y las manos juntas. Después que se despojó de la casulla, saludó con expansión a sus amigos. Cuando nuestro joven salió de la iglesia, las campanas repicaban alegremente. El sol bañaba ya enteramente el valle.

En la parte inferior había varios estuches medio abiertos que encerraban vasos sagrados, y tirada en un rincón, arrugada y hecha un lío, una casulla de terciopelo negro, con ricos bordados de oro, que presentaban en primoroso realce las armas de la casa.