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Bacón, ensayo de moral y de política; un tomo 4.º, 3 y 3,50 pesetas. =RODRIGUEZ MOURELO.= La Radiofonía. Estudio de una nueva propiedad de las radiaciones, con una carta de D. José Echegaray y prólogo de D. José Rodríguez Carracido; 1883, un tomo en 8.º, 4 y 4,50 pesetas.

Fadrique dijo: Todas esas cosas que decís son por cierto de mucho entretenimiento, mas el mayor del mundo es el emplear el hombre el tiempo en lo que es de su gusto, y hay personas que no gustan de las cosas que decísAsí que abandonan el teatro sale la Fortuna, dama que en vez de pies tenía dos ruedas y alas en las manos, que recita el prólogo y se retira.

Laméntase en el prólogo de la profunda decadencia del teatro de su tiempo, y dice, hablando de sus propios esfuerzos, que si bien se calificaría de temeridad su afirmación de haber sabido imitar al famoso Calderón, modelo y gran maestro del arte dramático, debe, sin embargo, confesar que ha puesto todo su empeño en conseguirlo.

Estudio de mujer. Un estudio más de mujer. La gran Breteche. Traducción de E. Borrel y L. Aner; precio de cada tomo, 2,50 y 3 pesetas. Cuentos droláticos, traducidos por Querubín de la Ronda, con un prólogo de Clarín; 2 pesetas. España: traducción de Suárez Figueroa. Un volumen holandesa, tela, 5 pesetas. Marruecos: traducido por J. Muñiz Carro.

Uno de estos testimonios notables, de que habla Tieck en el prólogo á su teatro alemán, es el que ofrece un poeta también alemán, traductor de El Cid, de Corneille, prometiendo hacer otra traducción de La fuerza lastimosa, de Lope de Vega, y dando á entender que era entonces muy leída en Alemania.

No quería tener secretos con Maltrana, y le confesó que el tal libro sería un escalón, el último, para alcanzar la cartera de ministro el día que su partido volviese al Poder. El mismo jefe le prometía escribir un prólogo para la obra. Ya ve usted, amigo Maltrana. ¡Qué honor! ¡qué honor para nosotros!... Este «nosotros» dejó frío al joven.

¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando ahora, lector ilustre, o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote; digo de aquel que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona!

Aquí hacemos punto en este modesto trabajo que probablemente vendrá á ser el prólogo de otro más extenso que nos proponemos publicar. Mucho, muchísimo hay que hacer en Filipinas y mucho falta por decir de aquella riquísima colonia susceptible á dar cuantiosos caudales. Haga Dios que este pobre trabajo despierte en otras inteligencias la afición á escribir.

A la conclusión aparece la Tragedia, que ya ha recitado el prólogo; explica la moral de la pieza, y ruega á los espectadores que la aplaudan.

De lo que dice Cervantes en el prólogo de sus comedias, y de otros datos, parece deducirse que ya en este momento era Lope el autor más popular de la escena española. Sin embargo, que se sepa, no han llegado a nosotros sus comedias de esta primera época.