United States or Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


A otro niño se le ocurrió llamar Qui Tolis a un perro, su tía le corrige diciendo: "Nunca se pone el nombre de Dios a un animal." Arsenal de invocaciones mágicas

A mi alcoba retornando con el alma en turbulencia pronto llamar de nuevo esta vez con más violencia, «De seguro dije es algo que se posa en mi persiana; pues, veamos de encontrar la razón abierta y llana de este caso raro y serio y el enigma averiguar. ¡Corazón! Calma un instante y aclaremos el misterio... Es el viento y nada más

Purificada. Demetria tardaba mucho en venir con la hoja. Felicia impaciente despachó al zagalillo que tenían para el ganado en su busca. Volvió diciendo que no la había visto por ninguna parte. Entonces la buena mujer hizo llamar á su marido, que estaba en la huerta, y le envió al castañar, ya con algún cuidado.

Fortunata tenía sus pensamientos tan en lo hondo, que no paró mientes en la increíble tontería de llamar mona a una custodia. v

Harto que mi situación, mi vida, lo que pudiéramos llamar mi historia, me quitan por completo derecho a ciertas exigencias... pero, por naturaleza, por instinto, por temperamento, soy cariñosa, humilde; me gusta más ceder que mandar, y sobre todo, quisiera envolver, velar, la crudeza, la grosería del amor material, rodeándolo de algo delicado, limpio; hasta poético diría, si no temiese que se burlara usted de mi.

Don Valentín, al oírse llamar amigo tan blandamente y por una voz conocida y simpática, no se pudo contener; no reflexionó, se dejó llevar del primer ímpetu cariñoso y se fué hacia D. Fadrique con los brazos abiertos.

A me agrada eso, porque así no estoy tan sola, y si se ofrece algo hay quien vaya a la botica o a llamar al médico; pero temo que una noche, mientras él está aquí pase algo en la tienda. «Tengo la esperanza de que Angelina venga con el Padre, luego que pasen los días santos. ¡Dios lo haga

A este reproche justísimo los aludidos podrían redargüir que los libros de «vulgarización científica» de los naturalistas y de los médicos adolecen del defecto contrario: todos ellos descubren un desconocimiento «práctico» de los hombres y de las cosas, la ignorancia que tienen de la vida esas buenas almas, apacibles y sabias, que maduraron en la austeridad candorosa de los laboratorios y de las bibliotecas; son obras frías, en las que falta ese complejo perfume de vicios, de virtudes, de alegrías ingenuas y también de recóndito dolor, que constituye lo que apropiadamente podríamos llamar «olor á humanidad».

En resolución, concertaron la venida de allí a ocho días, y que se había de llamar, cuando fuése gitano, Andrés Caballero, porque también había gitanos entre ellos deste apellido.

El mundo mayor, toda esa fábrica grandiosa del Universo, dice él que sin su Dios providente le parecería sublime, pero sin orden, ni belleza ni propósito. Y en cuanto al mundo menor, como suele llamar al hombre, tampoco le amaría, si por Dios no fuera.