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Entonces volvió a gritar desesperadamente a Graciana y, creyéndose orientado por un momento, atropelló en la dirección en que él creía que estaba el cuarto de la niña; pero, no bien había dado tres pasos, cuando recibió un terrible golpe en la frente que le hizo retroceder; había dado contra la puerta opuesta.

Para conocer más minuciosamente el estado de los teatros, de que habla, conviene retroceder al año de 1579. Los repertorios de los de Madrid de la misma época, según todas las apariencias, eran bastante pobres.

Pero no podía retroceder: le arrastraba el afecto de sus discípulos y su antiguo afán de propagandista. Era para él un placer el asombro de aquellos pensamientos vírgenes entrando a la desbandada en las habitaciones luminosas construidas por el pensamiento humano durante siglos. La descripción de la humanidad del porvenir enardecía el entusiasmo de Luna.

La gloria de sus sucesores, su imperio, sus discusiones, han obscurecido, hecho retroceder á aquél que se adelantó á lo menos de un siglo á su época. Fué Lamarck, ese ciego Homero del Museo, el que por el instinto del genio creó, organizó, dió nombre á lo que todavía estaba envuelto en la obscuridad: la clase de los Invertebrados.

No muy lejos de ella se promovió una reyerta entre los curiosos y los agentes de orden público, que hizo retroceder y ondular a la muchedumbre. Nosotros sentimos, aunque no muy fuerte, el efecto de esta agitación. El hombre de la capa exclamó: ¡No puedo resistir a estos del orden!... ¡Mire V. qué modo de tratar al pueblo! No paece más que ellos son los que nos dan permiso pa ver el espetáculo!

A esto dijeron que por ningun tèrmino se podia proseguir adelante, porque ademas de lo expuesto, quedaban las caballadas en estado de no regresar con ninguna: por lo que dicho señor determinó retroceder, y que los pobres se alivien. Concluida la junta determinamos pasar con una partida á reconocer el Arroyo de Barrancas y Sierras del Cairú, en lo que empleamos todo el dia.

El miedo á que él huyese la hizo incorporarse con dolorosos gemidos, y este movimiento aceleró la salida de su sangre... El almohadón continuó abrevándose como un prado que tiene sed. Una piedad irresistible, igual á la que podía sentir por una desconocida abandonada en mitad de la calle, hizo retroceder al marino.

Dos guardias de la Veterana se le adelantaron preguntándole qué quería. Basilio comprendió que había obrado de ligero, pero ya no podía retroceder. Vengo á ver á mi amigo Makaraig, contestó tranquilamente. Los guardias se miraron. Espérese usted aquí, díjole uno; espere usted á que baje el cabo.

Ángel, que era uno de éstos, se halló entre sus manos las ruinas del edificio que había construido con amargos sudores antes de dormirse. En reconstruirle se le pasó la mañana. Y gracias que lo consiguió; porque no todos lo consiguen. A la hora de comer, tampoco adelantó un paso su negocio; y en ciertas situaciones de la vida, no adelantar equivale a retroceder. Había que hacer la visita.

Hemos logrado nuestro objeto. Hasta el Cielo se indigna de tal crimen. ¡Vámonos, por tanto, a nuestros penates, Cleopatra! CLEOPATRA. ¡No quiero ir a los penates! LAS DEMÁS MUJERES. ¡No queremos ir a los penates! ¡Abajo los penates! ¡Nos quedamos aquí! ¡Nos insultan, quieren raptarnos! ¡Salvadnos! ¡Defendednos! Poco a poco hacen retroceder a éstas hasta el foro.