United States or Andorra ? Vote for the TOP Country of the Week !


Quejábase de fuertes dolores de cabeza; perdía de pronto la vista, hablaba con incoherencia, insultando unas veces a Isidro sin saber por qué, y abrazándose otras a su cuello para pedirle perdón, con gran raudal de lágrimas. El invierno se anunciaba con una frialdad aterradora. Todas las mañanas aparecían las charcas del río con grandes cristales de hielo.

Mirad qué cara resplandeciente tiene Salabert en este momento decía Rafael Alcántara a León Guzmán y a otros íntimos que formaban grupo . ¡Qué felicidad respira por todos los poros! Gran ocasión para pedirle diez mil duros prestados.... ¿Los daría? preguntó uno.

Al caer la tarde se le presentó Pateta en la imprenta a pedirle perdón, creyendo ser el causante de todo. No tengo nada que perdonarte: no has tenido mala intención: así, o de otro modo, ello tenía que suceder.

Meditó mucho el maestro sobre este particular y había llegado a la conclusión ordinaria de aquellos que piensan sinceramente, a saber: que él era esclavo de sus propias preocupaciones, cuando determinó visitar al reverendo Mac Sangley para pedirle consejo y parecer. Claro que esta decisión humillaba su orgullo, pues él y Mac Sangley no estaban en muy buena armonía.

Pero él no parecía, no iba... y Judit no podía decirle que fuese... En efecto, ¿qué podía pedirle?... Casa elegante, mesa bien servida, criados y un coche a su disposición... Nada le faltaba... ¡nada más que él!

...En efecto, en la próxima visita de Adolfo y Laura a la estancia de Vázquez, dijo Vázquez a Laura: Tengo todavía un servicio que pedirle... Laura guardó silencio... Tengo que pedirle me acepte un nuevo regalo que he recibido de Buenos-Aires... Laura hizo un ademán significando que, si era un objeto de valor, estaba ya decidida a no aceptarlo...

Esto le habían dicho á Basilio, cuando al salir de la carcel fué á visitar á su amigo para pedirle hospitalidad. Basilio no sabía á donde ir, no tenía dinero, no tenía nada fuera del revólver.

He aquí lo que propongo: que dos hombres de los más sensatos aquí presentes vayan con vos a casa del señor Kench, el constable está enfermo en cama, según he oído , para pedirle que nombre a uno de nosotros su suplente; porque esa es la ley, y no creo que nadie piense en contradecirme sobre este punto. No queda muy lejos de aquí lo del señor Kench.

Bien, señora, a sus órdenes... Solamente que agregó misia Casilda sudando, a pesar del frío que sentía, no podrá ser ahora mismo, en el acto... a eso iba yo a su casa, precisamente... a pedirle una nueva prórroga, corta, muy corta: en dos o tres días se habrá reunido la cantidad suficiente... Vea usted, señor Portas, cómo andan ahora los negocios; esto usted lo sabe mejor que yo; además, hoy es fiesta, no lo olvide usted.

Capaz era de sorberle la vida y destrozarle la salud a fuerza de pedirle amor; pero también tenía en el alma un tesoro de cariño, donde, como en un Jordán, podían purificarse sus caricias y sus besos. De esta suerte, entre avivar recuerdos y esperanzas con espejismos del deseo, se le fue pasando el tiempo.