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No aconseja el prelado la violencia; pero, en los tiempos que corren, la violencia resulta naturalmente de una preparación adecuada de la conciencia popular, y cuando el pueblo supone que su propio gobierno es el causante, el educador nada menos de los ladrones, los asesinos, los corrompidos, es verdaderamente un pueblo muerto aquél que no trate de barrer por cualquier medio al gobierno, máxime si es extranjero, que de tal suerte corrompe a los ciudadanos.

Pensando en los medios de unirme pronto a Gloria, antes del suceso que acabo de narrar se me había ocurrido una transacción con el maldito enano. Como yo tenía la certidumbre de que éste era el único causante de nuestros males y sospechaba que la razón de oponerse a nuestro casamiento y el empeño de hacer monja a Gloria estribaban en el interés, imaginé que podíamos llegar a un acuerdo.

Don Juan, perseguido por la justicia á causa de la muerte de su rival, ruega al padre de Doña María, amigo del suyo, que le conceda un asilo en su casa, escondiéndose en una habitación oculta para escapar más fácilmente; pero Don Diego es pariente del difunto y debe vengar su muerte; Don Luis es causante también de mayor discordia por sus celos de Don Diego, y por las sospechas que tiene de su hermana y de Don Juan; en una palabra, los resortes contrarios que concurren en esta fábula, son tan numerosos, que parece imposible su conciliación; pero el poeta, gran maestro en el arte de desarrollar un argumento, combina de tal modo todos los hilos de esta urdimbre, que, cuando el enredo es más complicado y parece imposible su desenlace, nos presenta éste de repente de la manera más natural y satisfactoria.

Quedó revuelta la gente en la plazoleta, rodaron las mesas, enarboláronse varas y garrotes, poniéndose cada uno en guardia contra el vecino, por lo que pudiera ocurrir; y mientras tanto, el causante de toda la zambra, Batiste, permanecía inmóvil, con los brazos caídos, empuñando todavía el taburete con manchas de sangre, asustado de lo que acababa de hacer.

Maxi le miraba con desdén, y el otro, viendo que sus cuchufletas no hacían el efecto de costumbre, púsose más serio y tomó por otros rumbos. Al salir, acompañado hasta la puerta por las dos señoras, les dijo: «Le voy a dar la hatchisschina, o extracto de cáñamo indiano, que es maravilloso para combatir el abatimiento del ánimo, causante de las ideas lúgubres y de la manía religiosa.

Pronto divisé un grupo de niñas de su misma edad que se aproximaba; en el centro venía una completamente enlutada, morenita, con grandes ojos negros y profundos que debía de ser la causante de los temores de Asunción. Luisa se levantó a recibirlas y echó una carrerita para cambiar con ellas buena partida de besos cuyo rumor llegó hasta mis oídos. Asunción no se movió.

538 Había un gringuito cautivo que siempre hablaba del barco, y lo augaron en un charco por causante de la peste; tenía los ojos celestes como potrillo zarco. 539 Que le dieran esa muerte dispuso una china vieja, y aunque se aflije y se queja, es inútil que resista: ponia el infeliz la vista como la pone la oveja.

Ser llamado por el comisario a su despacho es algo que un agente lo recordará toda su vida: podrá olvidar a la madre, a los hijos, a la mujer, pero jamás olvidará el día y hora en que compareció ante la vista del dispensador de todos los bienes o del causante de todas las desgracias. Aquel minuto que uno tarda en atravesar el patio, equivale a una hora de emociones.

En este caso concreto, como decía el cura, la lesión de honra no existía, o, por lo menos, no era D. Diego el causante, y se le había hecho pagar lo que no debía. La persona que había lucrado, gracias a la asustadiza conciencia del jurisconsulto, siempre temeroso del escándalo, restituía a la hora de la muerte, por miedo del infierno probablemente.

Ocurriósele, y acertó, que doña Catalina podía ser la causante, pero Quevedo tenía, como todos los hombres, dentro del cuerpo, el enemigo mayor del género humano: el amor propio. Y su amor propio decía á Quevedo que doña Catalina estaba rendida á su voluntad, que lloraría mucho, que buscaría todos los medios imaginables para retenerle á su lado, pero que jamás obraría en contra suya.