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Esta es la política del Brasil con los gobiernos de Montevideo, Buenos-Aires y el Paraguay: aduladores torpes han hecho creer á los gobiernos de Don Pedro II que el Brasil podia y debia seguir la conducta de los Estados-Unidos; que debia hacer en el Sur lo que ellos práctican en el Norte, y que siendo los dos pueblos mas fuertes de la América nada mas natural que marchar por el mismo camino.

Quiso hacerle callar Laura... Pero ella prosiguió, después de una pausa: Pues si ganas la apuesta, cumplirás lo prometido... ¡Acuérdate!... La que casara con Vázquez debía dotar a su hermana... Pérez no tiene con qué casarse... y Vázquez, ya casados, para que también me case yo, me regalarán una casita en Buenos-Aires... Adolfo me la amueblará... ¡Y todos seremos muy felices!... ¡Acuérdate!...

Casi todas las semanas tenía que encargar barajas francesas a Buenos-Aires el pulpero de la estación, pues menudeaban los pedidos. Pasé así un año más, ocupado en la interesante faena de la cría y distrayendo mis ocios en el carteo del bridge... ¿Llegó a gustarme este juego? No tengo ahora el menor reparo en declarar que siempre me aburrió soberanamente.

Al despedirse, don Mariano pidió a Laura un nuevo servicio... Que le aceptara también las obras de Lamartine; habíalas encargado cuando estuvo en Buenos-Aires, y le llegaban ahora, muy bien encuadernadas... ¿Qué iba a hacer él con esos libros de jeunes filles en la estancia?... Y Laura tuvo que aceptar este otro obsequio, antes destinado a Coca, y que don Mariano le enviaría ahora a su casa... Casualmente se encontraba ella en esos momentos sin lectura.

Y no habría hablado veinte palabras, cuando ya le dio la noticia, muy confidencial y secretamente, de que la menor de las de Itualde, la beauty del Tandil, tenía un novio en Buenos-Aires, el capitán Pérez... No se sabía eso con certeza; pero había muchos datos para presumirlo. ¿Cómo explicar de otro modo su desvío para con la juventud dorada del pueblo?...

Pero, ¿cómo?... Coca no podía huir a Buenos-Aires el día que llegaba al Tandil su hermano, después de año y medio de ausencia... A Ignacio no podía enviársele telegrama alguno, para que aplazase la invitación a Pérez, pues que ya venían los dos en viaje... Alojar a Pérez en la casa era impropio, después de lo sucedido... Mandarle al pésimo hotel del pueblo era cruel... ¡Qué problema de más difícil solución!... Observó Coca que recordaba el de aquel pobre hombre que tenía que transportar al otro lado del río una cabra, una col y un lobo, sin que la cabra se comiera la col, ni el lobo la cabra.

Cádiz me interesaba por sus tradiciones bajo todos aspectos. De allí salieron las mas importantes expediciones españolas, tanto en la época de las colonizaciones emprendidas sobre el Nuevo Mundo, como durante la terrible guerra de la independencia de «ColombiaMéjico, Perú, Chile, Buenos-Aires, etc.

Buenos-Aires, 2 de Setiembre de 1837. El único resultado útil de este gran sacudimiento fué la nueva organizacion que la Corte de España dió á la administracion de sus provincias de ultramar, y la abolicion de los repartimientos.

Fastidiado por el extraño recibimiento en el hotel y las misteriosas palabras de Ignacio, el capitán Pérez sintió deseos de plantar a su invitante y volverse a Buenos-Aires; pero se contuvo, resolviéndose a aceptar la invitación a comer... Y no se contuvo por consideraciones a su camarada, ni por el atractivo de la caza, y ni siquiera para descubrir el misterio de la extraña historia de su personalidad en el Tandil... En el Tandil se quedó porque le atraía la casa de Itualde... Porque allí había entrevisto a una criatura encantadora, probablemente la hermana menor de Ignacio, y rabiaba por conocerla...

No nos detendremos en Buenos-Aires; al día siguiente de que ustedes reciban esta carta, nos recibirán a nosotros en cuerpo y almaAnonadada, repetía Coca: ¡En cuerpo y alma!... ¿Quién lo creyera?... ¡En cuerpo y alma!... Laura explicó el caso como una mera casualidad. ¡Habría tantos Pérez en el ejército!... Coca pidió, ahora con más razón, que no se le dijera una palabra a Vázquez.