United States or Niue ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sirvióse primero una sopa que, por lo flaca y aguda, parecía de Seminario; después siguió un macilento cocido, del cual tocaron á Lázaro hasta tres docenas de garbanzos, una hoja de col y media patata; después se repartieron unas seis onzas de carne que, en honor do la verdad, no era tan mala como escasa, y, por último, unas uvas tan arrugadas y amarillas, que era fácil creer en la existencia de un estrecho parentesco entre aquellas nobles frutas y la piel del rostro de Salomé.

Todas aquellas almas bienaventuradas y temerosas de Dios salieron del palacio de Alcudia y se dirigieron a sus moradas, donde les aguardaba la sopa de tortuga humeante, el salmón con salsa mayonesa, las ricas ensaladas de col de Bruselas y las apetitosas bouchées de crevettes.

No sucedió lo mismo con la col de Bruselas, pues ha gustado tanto que no se cansan de alabar su finura y agradable sabor; pero como no se aprovechan de ella mas que los repollitos que nacen en el tronco, dicen que para comer algo es necesario segar un cuadro entero. En esto me parece que no dejan de tener razón. Es una legumbre muy rica, pero cara. No tengo más que decirte por hoy.

Udite il rossignuol, che con noi desto, Con noi geme fra i spini, é la rugiada Col pianto nostro bagna l'herbe. Ahi lasso, Rivolgete la faccia all'oriente. Ecco incomincia á spuntar l'alba fuori, Portando un altro sol sopra la terra. Ahime, ch'io gelo. Ahime, che io tremo tutta: Questa é quell'hora, ch'ogni mia dolcezza Affato stempra.

Varios pelotones de hombres precedidos y seguidos de bayonetas marchaban de un puerto á otro con rítmico paso. Eran prisioneros alemanes, sonrosados y alegres á pesar de la cautividad, vistiendo aún sus uniformes de color verde col, con un gorro redondo sobre la esquilada cabeza.

Nacianz., Opera, V. II, páginas 253 y siguientes. Col., 1690. χρισ

Bien puede usted asegurar, don Federico dijo la tía María , que no hay asunto para el cual no tenga mi hijo, venga a pelo o no venga, un cuento, chascarrillo o cuchufleta. En este momento se entraba don Modesto por el patio, tan erguido, tan grave, como cuando se presentó a Stein en la salida del pueblo, sin más diferencia que llevar colgada de su bastón una gran pescada envuelta en hojas de col.

Y el gigante comía y comía, y Meñique no se quedaba atrás, sólo que no echaba en la boca las coles, y las zanahorias, y los nabos, y los pedazos del buey, sino en el gran saco de cuero. ¡Uf! ¡ya no puedo comer más! dijo el gigante; tengo que sacarme un botón del chaleco. Pues mírame a , gigante infeliz dijo Meñique, y se echó una col entera en el saco.

Entre col y col, Ruiz pasaba un rato con sus amigos los espiritistas, y les alentaba a organizarse, a establecerse, a alquilar un local, y sobre todo a fundar un órgano en la prensa. Nada adelantarían sin órgano.

Pero, ¿cómo?... Coca no podía huir a Buenos-Aires el día que llegaba al Tandil su hermano, después de año y medio de ausencia... A Ignacio no podía enviársele telegrama alguno, para que aplazase la invitación a Pérez, pues que ya venían los dos en viaje... Alojar a Pérez en la casa era impropio, después de lo sucedido... Mandarle al pésimo hotel del pueblo era cruel... ¡Qué problema de más difícil solución!... Observó Coca que recordaba el de aquel pobre hombre que tenía que transportar al otro lado del río una cabra, una col y un lobo, sin que la cabra se comiera la col, ni el lobo la cabra.