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Así lo aseveran Morales y otros diligentes historiadores. Véase pág. 95, nota 3. Ibid., nota 2. S. Isidoro: Operum, tomo 2. De Ecclesiasticis officiis, lib. II, cap. 2. Sanctor., lib. Aurelio y Félix resolvieron declarar abiertamente su haciendo que sus esposas fuesen á la iglesia sin llevar cubierto el rostro.

Las comedias de ruido se llamaron también comedias de caso y comedias de fábrica. Lo primero consta del Día de fiesta, de Juan Zabaleta: Coimbra, 1666, parte 2.ª, pág. 95, y lo segundo de un escrito inédito de Bances Candamo sobre el drama español. Compañía de comediantes est illorun societas, qui sunt ad comediam agendam necessarii.

Milagroso suceso ocurrido en el pueblo de San Rafael II 197 Misión del P. Caballero á los Jurucarés II 35 Misión del P. Zea á la nación de los indios Cucarates II 95 Misión de los PP. Aguilar y Speth á los Chiriguanás II 242 Misiones en la provincia del Chaco II 212 Mudanza de las naciones de indios recién convertidos II 215 Muerte del P. Neuman á manos de los indios Payaguás I 186

I, cap. XVIII, refiere puntualmente este suceso, y dice que conventos llamaban á los vacíos que hay entre costillas y costillas de una nave. Completamente terminada, lista, aparejada y dispuesta á dar la vela estaba la nueva Santa María el 28 de Julio de 1892 á los 95 días de haberse puesto su quilla, cuando fué visitada, en el mismo arsenal de la Carraca, por el Excmo. Sr.

A esta necesidad presta una gran ayuda los extensos bosques de aquella zona, que cuentan entre sus árboles con más de doscientas especies madereras. Pilar con sus barrios suma 4.431 almas de las que tributan 2.025. Ascendieron á 206 los bautizos, 22 los casamientos y 95 las defunciones. Asisten unos 130 niños á las escuelas hablando el español 10. Hay radicados 5 europeos y 3 chinos.

Señora le dijo la niña, vengo en busca de mi marido, del príncipe Jalma. Tengo que gastar zapatos de hierro hasta que le encuentre. 90 Yo no le conozco, hija, dijo la madre del Norte, pero es probable que mi hijo le conozca. Te esconderé debajo de esta olla. Cuando llegue le preguntaré. Cuando llegó el viento, gritó: ¡Hu-u-u-u! a carne humana huele aquí! 95

Además había 87 «mundillos de hacer puntas de oro y plata, 95 tornos para los hiladores que tenían dichas fábricas, los cuales consumían entre todas 100.000 libras de seda. Había además 50 tornos, en que se ocupaban 192 oficiales, 19 aprendices, 2985 encañadoras, 133 rodeteras, que suman 3397 personas. Además contábanse 63 telares de medias, 65 de redecillas y 3 de gorros todos de sedas .

Quedaron sólo dos, y el mentiroso continuó su perorata en estos términos: «Lo primero que habría que hacer era construir barcos de 95 a 100 varas de largo. ¡Caracoles! ¿Sabe usted que la lanchita sería regular? indicó un oficial . ¡Cien varas! El Trinidad, que santa gloria haya, tenía setenta, y a todos parecía demasiado largo.

Martí supo conquistar gloria: y cuando la conquistó, no la puso a precio en mercadería, ni se puso a vivir de ella en ocio cobarde, sino que se consagró a sembrar con sus manos, la buena semilla republicana entre sus compatriotas emigrados.... Así, cuando días después de este hermoso hecho, fue invitado por el Presidente del Club «Ignacio Agramonte» de Tampa la ciudad levantada a puro esfuerzo por los cubanos proscriptos para que tomara participación en una fiesta político-literaria que dicho Club había de celebrar, él respondió aceptando; y vencidas algunas dificultades, el 25 de noviembre de 1891, a la una de la madrugada, bajo una lluvia tenaz, arribó jubiloso a la estación, henchida de cabezas, de aquel pueblo de hombres libres que lo amaba ya sin conocerlo y que fue, por el sino misterioso de las cosas, cuna de la gloriosa revolución del 95 que sacó a la vida libre nuestra nacionalidad. A la siguiente noche, día 26, Martí dejó oír su palabra sedosa y centelleante en aquel Liceo histórico, que yo añoro ahora entristecido, y me veo niño, llena el alma de ilusiones, escuchando exaltado al pie de la tribuna, los tiernísimos acentos de su voz incomparable. Lo que allí dijo Martí no hay frases que lo abarquen. «Por Cuba y para Cuba» tituló él su discurso, y por ella y para ella fue cuanto su palabra, a veces impetuosa, a veces desgarradora, expresó. Su discurso fue todo amor, todo esperanza, todo verdad. Señaló todos los males que podrían la tierra de sus amores, los escollos con que se había de tropezar y la manera de vencerlos. Habló de los egoístas y los miedosos y los críticos que siempre le salen al encuentro a toda obra cuando esta se halla en los sudores de la creación, y dijo: «¿Pero qué le hemos de hacer? ¡Sin los gusanos que fabrican la tierra no podrían hacerse palacios suntuosos! En la verdad hay que entrar con la camisa al codo como entra en la res el carnicero. Todo lo verdadero es santo, aunque no huela a clavellina. Todo tiene la entraña fea y sangrienta; es fango en las artesas, el oro puro en que el artista talla luego sus joyas maravillosas; de lo fétido de la vida, saca almíbar la fruta y colores la flor: nace el hombre del dolor y la tiniebla del seno maternal, y del alarido y el desgarramiento sublime; ¡y las fuerzas magníficas y corrientes de fuego que en el horno del sol se precipitan y confunden, no parecen de lejos, a los ojos humanos sino manchas!». Hablando de los peligros que podían hacer desfallecer y cejar al cubano en su afán de libertad, decía entre otras cosas: «¿O nos ha de echar atrás el miedo a las tribulaciones de la guerra, azuzado por gente impura que está a paga del Gobierno español, el miedo a andar descalzo, que es un modo de andar ya, muy común en Cuba, porque entre los ladrones y los que los ayudan, ya no tiene en Cuba zapatos más que los cómplices y los ladrones?». Los pechos todos vibraron de entusiasmo y de cariño al escucharlo, y el alma de todos, como una marejada, lo envolvió y llenó de una titánica alegría. ¡

Al principio de estas 24 horas tuvimos vientos frescos, despues no habia tanto, pero el tiempo siempre nublado: rumbo corregido, S 3 grados al OE: distancia 95 millas: distancia meridional 1 grado y 23 minutos al E: longitud echo 103 al E: altura por observacion, 44 grados y 12 minutos al S.