United States or Gibraltar ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esteven pudo encajar en este primer paréntesis de S. E. su respetuosa protesta contra una resolución que calificaba de poco patriótica; el ilustre doctor Eneene se debía a los suyos, ante todo, y si la revolución venía, que no vendría, hallábase obligado a esperarla a pie firme, dispuesto a vender cara su cartera y a defender sus actos.

Foco de las órbitas de los planetas.= El Sol es el foco común de las órbitas de los planetas, esto es, de los astros que efectúan á su alrededor un movimiento periódico de revolución, como lo hace la Tierra. Está inmóvil respecto de ellos, á los cuales envía su luz y su calor.

Pero se ha reconocido que en la Luna no hay agua, y por tanto tampoco océanos, así como no existe en ella atmósfera alguna. Por efecto de su revolución alrededor de la Tierra y de su rotación sobre su eje, la Luna presenta sucesivamente al Sol todos los puntos de su superficie, durante la lunación, que se efectúa, según ya se ha visto, en 29 días y medio.

Y los crédulos, con la viveza imaginativa de su raza, aderezaban la noticia, adornándola con toda clase de detalles. Una confianza ciega se esparcía por los grupos. No iba a correr más sangre que la de la gente rica. Los soldados estaban con ellos; los oficiales también estaban al lado de la revolución. Hasta la guardia civil, tan odiada por los braceros, merecía su simpatía momentáneamente.

El que abandona a César por el Marqués de Caravaca; La tragedia por la zarzuela; La fama por el dinero. Bien sabía Vega lo que se decía cuando dijo que la musa diez era el hambre. Nosotros hemos dicho que el hambre es la musa única de los españoles. Y si no, ¿quién les inspiró la revolución de julio?

No hay espectáculos como los de la naturaleza para que el hombre sienta: al revolver de cada encrucijada, al trasponer de cada monte esperimentan una revolucion el alma y los sentidos.

Ve su forzoso término en el imperio de un individualismo mediocre. «Quien dice democracia agrega el sagaz autor de Andrés Cornelis , dice desenvolvimiento progresivo de las tendencias individuales y disminución de la cultura». Hay en la cuestión que plantean estos juicios severos un interés vivísimo para los que amamos al mismo tiempo por convencimiento, la obra de la Revolución, que en nuestra América se enlaza además con las glorias de su Génesis; y por instinto, la posibilidad de una noble y selecta vida espiritual que en ningún caso haya de ver sacrificada su serenidad augusta a los caprichos de la multitud.

El pueblo cubano, en aquel tiempo, y cuantos vivimos en aquella época lo sabemos, no quería en su mayoría al menos, la revolución. El Gobierno de España nos había dejado entrever una mejor condición política, sin sacudidas ni agitaciones violentas.

Entonces una democracia nacida en los trastornos de la revolución y alzamiento nacional, fundaba el moderno criterio político, que en cincuenta años se ha ido difícilmente elaborando. Grandes delirios bastardearon un tanto los nobles esfuerzos de aquella juventud, que tomó sobre la gran tarea de formar y educar la opinión que hasta entonces no existía.

Un rayo de sol entraba en la habitación trazando un redondel de oro a los pies de la cama. Y de este modo se sucedían con una rapidez fantástica el día y la noche, como si se hubiese trastornado para siempre el curso del tiempo. Cuando no era así, la general revolución, en vez de marchar aceleradamente, se inmovilizaba en una monotonía desesperante.