United States or Iceland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esta mañana ha venido a soñar a mi verde colinita... Allí está de pie, recostado contra un pino, con el tambor entre las piernas, tocando si Dios tiene qué... Bandas de perdigones espantados corren a sus pies sin que lo note. Las hierbas aromáticas perfuman el aire en torno suyo, sin que él las huela.

Pero aguardaos un poco y oídme la última palabra, como ahora se dice: recorriendo con la vista la inconmensurable extensión de estos horizontes, y respirando el ambiente, medio terral, medio salino, que llena todo el panorama, y anima y engrandece el espectáculo de sus términos y detalles maravillosos, ¿no es verdad que se siente uno como más fuerte y más satisfecho? ¿que si se tienen penas se olvidan? ¿que si le dominan a uno rencores los acalla? ¿que si vacila entre lo cierto y lo falso, entre lo útil y lo pernicioso, entre lo nimio y lo grande, se le revela de pronto, y como por milagro, la verdad desnuda y clara? ¿que no nos asalta, en fin, una idea que huela a innoble, ni un deseo que no sea honrado?

Lo tengo dicho: siempre se me indigesta. ¿Me entiendes?... ¡Vaya por Dios, vida mía!... Mira, pasea un poquito y eso te vendrá bien... Acompaña a Leopoldina y vuélvete pronto... Y cada vez más impaciente, advirtió a esta por lo bajo: Que no se huela Carmen a lo que vas... Mira que las pesca al vuelo. Villamelón, haciendo figuras, se atrevió a decir: Quizá en casa...

En toda el Asia, en toda la Turquía de Europa, en Italia, en Grecia, en casi toda España, en Portugal, en la mayor parte de América; en la América tradicional por hábito, aunque sea social por instituciones que no han tenido tiempo de renovar la faz política; en todos esos pueblos enumerados la mujer pertenece al primer período: es egipcia; es la esclava del Faraon que se llama marido; familia, hogar; es la flor que se cria en el jardin para que la huela su amo.

Mi mujer me dijo: lo que nos han puesto no vale diez francos. Hazme el favor de no volver á entrar en ninguna fonda, ni restaurant, ni almacen, ni aún taberna que huela á cosa de Champeaux. Yo medité un momento camino de casa, y dije á mi mujer: No es Paris el bárbaro: los bárbaros somos nosotros.

No me huela el soldado á otros olores, Que al olor de la pez y de resina, Ni por gulosidad de los sabores Traiga aparato alguno de cocina, Que el que busca en la guerra estos primores, Muy mal podrá sufrir la corazina: No quiero otro primor ni otra fragrancia En tanto que Español viva en Numancia.

Bueno, pues mire usted, yo se lo diré a usted en cuanto huela que la señorita está por usté; antes no porque me quedo en mitá de la calle: luego ustés harán lo que quieran; pero le azvierto a usted una cosa, y es que..., la verdad, yo no si la señorita el día de mañana le pondrá a usted buenos ojos, no la conozgo bastante... y ya sabe usted lo que son las señoras...; lo que , de seguro, es que tiene mucho miedo a la vecindaz, que está llena de amigas y conocías suyas por toos laos; en casa no entra dengún señor... y, en fin, que en cuanto se asome usted por allí, ha perdío usted el pleito.

Nada hay en las de Grevillois que huela a aventuras, y como Luciana es la belleza misma, seré con ella el más feliz de los hombres. Perdóname que no te haya contado desde el principio todos los detalles, pero me lo impedía mi promesa de discreción absoluta. Con un hermano, sin embargo, se puede hacer una excepción, y no quiero que imagines alguna aventura dudosa emprendida a la ligera.

Después miró con inquietud a lo lejos, poniéndose una mano sobre los ojos. que tienes mejor vista, Isidrín: ¿no es aquel carro el del tío Polo?... que es; ya está ahí ese judío, ese camastrón, que no piensa mas que en apandarme el tesoro. Huye, Isidrín: que no nos pille aquí; que no huela el gato.

Estos dos hombres silenciosos, que avanzaban como dos sombras, eran los hermanos Juan y Simon Maillard. Estéban, ¿qué se hace por aquí á estas horas? Juan, ¿qué importa á nadie lo que yo hago? Atiendo á mi oficio de Preboste de la ciudad. ¡Voto á brios! exclamó Juan Maillard, que era su compadre; el diablo cargue conmigo, si estais aquí para nada que huela á bueno.