United States or Tajikistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Su marido, que la conocía bien, le decía: «¿No te parece que vayamos hoy á cañear un poquito á casa de VelázquezElla se resistía, se quejaba de fatiga, hablaba de los muchos quehaceres de la casa. Si el bueno de Pepe se dejaba persuadir, ¡desgraciado de él! El humor de su cónyuge se ennegrecía de tal modo que al día siguiente era imposible sufrirla.

Vuestro dulce lenguaje, vuestras maneras honestas, algo inexplicable, el encanto misterioso de vuestros ojos... ¡Ay, ay! me estoy poniendo hablador... Bueno, bueno, ya sospecháis lo que os quiero decir, Marta. Consentís con alegría, ¿verdad? Vuestra vacilación... Pero, ¿acaso no me comprendéis?

De todo el lento chorrear de palabras, sólo algunas llegaban hasta su cerebro, clavándose en él con la persistencia de la obsesión «Glasgow... Liverpool... necesarios nuevos mercados... abaratar las tarifas de ferrocarriles... los agentes ingleses son unos ladrones...» «Bueno, que los ahorquen», contestaba mentalmente Rafael.

Me parece mentira. ¡Ay, hijo, qué bueno eres! Mereces que te caiga la lotería, y si no te cae, es porque no hay justicia en la tierra ni en el cielo... Adiós, hijo, no puedo detenerme ni un momento más... Dios te lo pague... Estoy en ascuas. Me voy volando a casa... Quédate en la tuya... y a esta pobre desgraciada, cuando despierte, no la pegues, hijo, ¡pobrecita!

Nadie tiene derecho, se dijo, a convertir el escepticismo en inacción. Mientras en el mundo suene una queja engendrada por el egoísmo y la injusticia, quien se precie de bueno debe luchar hasta morir, que para caer herido en defensa de lo santo no hace falta creer: basta amar.

Haremos notar que nunca se debe decir la última miseria; es una imprudencia que puede molestar a la Desgracia, y entonces nos apretará más el resuello. Siempre hay mayores extremos de dolor, y callar es bueno. Estos provincianos adquieren de la corte la misma opinión de madama Zarathustra: ¡En Madrid se come muy mal! Se come mal y se duerme mal... y caro.

Pero continúo con orgullo la exposición de lo que hemos hecho. ¿Recordáis, señores sabinos, en qué se hallaban ocupados nuestros sabios juristas mientras los astrólogos consultaban las estrellas? En estas condiciones, es difícil hablar. Estáis ahí como estatuas, sin decir esta boca es mía. ¡Bueno, recordad, os lo ruego! ¡Proserpinita querida! MARCIO. ¡Dejadnos en paz con vuestra Proserpina!

Eso me asombra ... El vino gana en sabor al hacerse viejo, pero el vinagre, por el contrario, aumenta en acidez ... Y la acidez de Clementina.... Cuando la conozcas, verás lo que es bueno. ¡Padrino mío! No; no lo digo para retirar mi promesa. Estoy decidido, pero á lo que me comprometo.

¡En ese caso, es claro! pero dile a una madre que no llore la muerte de su hijo... ¡Anda! ¡dile que ría!... dijo Ricardo. ¡Me guardaré muy bien! ¡Bueno, pues! agregó Lorenzo.

Cualquiera sería bueno, se ganara mucho, se ganara poco. El caso era trabajar. ¿Seria yo capaz de aliviar de alguna manera la precaria situación de mi familia? ¿Me sería dable corresponder a los sacrificios de aquellas cariñosas ancianas que por verme dichoso habrían dado su vida?