United States or Cook Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


El hombre graba en su angustiada mente con santos signos la mejor palabra, y canta en tus recuerdos inspirado, volviendo tristemente sobre el tiempo dichoso y ya pasado, en que tu amor tan sólo, su amor era; amor dulce, sereno, inmaculado como el rayo del sol en primavera.

Habiendo aquel que al mundo dió de mano En trueco del eterno y gran reposo, Dejándole primero todo llano Y en paz, al heredero muy dichoso, Juzgado por consejo bueno y sano, De dar hombre valiente y belicoso, Al Argentino envia Adelantado, Que Cabeza de Vaca fué nombrado.

Hermosa y admirada como era, me parecía de una especie diferente de la mía y, por instinto, sin intención deliberada, me mantenía a distancia, dichoso solamente con su presencia, como se es dichoso con un rayo de sol. Duraba esto hacía unos años, cuando, en una tarde del último octubre, Luciana vino a sentarse a mi lado.

Y para eso estuve dando paseos por las calles hasta las dos de la madrugada, y cada poco tiempo pasaba por aquella con toda lentitud y me detenía algunos instantes a ver si la ventana se abría y el aborrecido rival llegaba. No fue así. Me consideré dichoso, como si fuese gran fortuna.

O, mejor dicho, no: permanecerás en París bajo mi protección, conviviendo conmigo en la intimidad más estrecha. Quiero verte dichoso, casado con una mujer bonita y hacendosa, padre de dos o tres hermosas criaturas. ¡Sonríe, hombre, sonríe! ¡Toma este plato de sopas! ¡Gracias, señor L'Ambert. Guardaos esas sopas; ¿para qué las he de tomar? ¡Hay tanta miseria en el mundo!

Se abrió una puerta, se oyó un grito ahogado y enfrente de ellas, tal como lo conocían cuando era dichoso, bello, joven y sonriente, apareció Jacobo tendiéndolas los brazos.

Querido amigo le dije arrojándome enajenado en sus brazos, no me digas nada, nada objetes. Seré prudente, muy prudente, pero seré también dichoso; concédeme esos dos meses, que no volverán, que no tornaré a encontrar; es corto tiempo y tal vez el único período de dicha que lograré en toda mi vida.

Casi se sentía inclinado a reprochar el leal comportamiento de Fabrice ante cuya lealtad veíase obligado a inclinarse, cuando él se hubiera creído dichoso en poderle arrojar al rostro cualquier sangriento ultraje. Era, pues, ¡ay!, con sentimientos vecinos al odio que se alejaba del amigo de su juventud.

Y eso he tenido que sufrirlo en el momento mismo en que todas las potencias del cielo y de la tierra parecían haberse reunido para hacerme dichoso. Pero si ese niño estaba ebrio como dices, ¿qué podían importarte sus tonterías? En la embriaguez como en los sueños manifestamos lo que somos, lo que guarda el fondo de nuestra alma y que no confesamos a los demás ni a nosotros mismos.

En dolorosa incertidumbre pasó la noche, despertando a cada instante al aguijonazo de su idea candente y aguda. El cuerpo dormía y la idea velaba. No podía la esposa mirar sin envidia la dulce paz de aquella conciencia que a su lado yacía. El dormir de D. Francisco era como el de un mozo de cuerda que ha tenido mucho trabajo durante el día y que al cerrar los ojos se quita de encima también todas las cargas del espíritu. ¡Dichoso hombre!