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Actualizado: 7 de noviembre de 2025
Novedad me ha parecido; Vueseñoría perdone. No hay novedad que no abone 555 El deseo que he tenido De serviros, si yo fuese, Para que no os cause enojos, Tan dichoso en vuestros ojos, Que serviros mereciese. 560 DO
Con tan dichoso principio como tuvieron nuestras armas contra los Griegos gobernadas por Berenguer de Entenza, pareció pasar adelante, y valerse de la fortuna y tiempo favorable, siendo el fin y remate de una victoria el principio de otra.
Pero, ¿se encontraba, acaso, en aquel momento, mejor dispuesto a apreciar la bella música? ¿Era más dichoso? ¿Había recuperado al fin a su Judit, o la había perdido? Todavía ignorábamos los obstáculos que los separaban, y nuestra impaciencia por conocer el desenlace de la historia se aumentaba con la ausencia del narrador.
Bien sabe Dios que no tuve nunca intención de cobrártelo; pero ahora añadió implorante es preciso, hijo mío, que me devuelvas en Carmen todo el bien que te hice. Cuanto yo pueda y valga se lo ofrezco a usted dichoso. Pues oye. Se recogió un momento a meditar, y dijo luego: ¿Qué juicio has formado tú de mi hermana? ¿Juicio?... Ninguno; ¡la he tratado tan poco! Pero, ¿qué impresión te causa?
El padre había dicho entonces á su hija: Querida mía, si quieres obrar á tu capricho, cásate, porque yo también tengo los míos y quiero vivir, en lo posible, de un modo que no me resulte enteramente desagradable. ¿Pero qué tiene de desagradable vivir en un país donde encuentra usted todo lo necesario para ser dichoso? Yo no lo soy si no vivo en América seis meses del año, por lo menos.
Después del cuarto de Marta recorrieron otras piezas, el comedor, el salón, la galería del patio, otra sala de confianza y algunas más sin que el dichoso Menino se dejase ver en ninguna parte. Como quedasen parados en medio de un pasillo sin saber adónde dirigirse, a Marta le vino de repente una idea y dijo: Vamos al terrado: aun no hemos estado allá.
Haré merced a mis lectores de las más de mis meditaciones; no hay periódicos bastantes en Madrid, acaso no hay lectores bastantes tampoco. ¡Dichoso el que tiene oficina, dichoso el empleado, aún sin sueldo o sin cobrarlo, que es lo mismo; al menos no está obligado a pensar; puede fumar, puede leer la Gaceta!
Jamás ha dudado Mauricio de que yo estuviese pronto á sacrificarlo todo por verle dichoso; por eso ha seguido ciegamente mis consejos. Herminia no estaba completamente segura de que tú obrases en su interés y, en un momento dado, ha visto que la tratabas como enemiga. Entonces ha desertado. Esto es sencillo y lógico y no podías evitarlo. La señorita Guichard bajó la cabeza sin responder.
Dando ya por supuesto que iba a quererle y a casarse, mi padre me habló de intereses; me dijo que era muy rico y que me dejaría mejorado, aunque tuviese varios hijos más. Yo le respondí que para los planes y fines de mi vida necesitaba harto poco dinero, y que mi mayor contento sería verle dichoso con mujer e hijos, olvidado de sus antiguos devaneos.
696 De juror el corazón se le quiere reventar, pero no hay sino aguantar aunque sosiego no alcance. ¡Dichoso, en tan duro trance, aquel que sabe rezar! 697 ¡Dirige a Dios su plegaria el que sabe una oración!
Palabra del Dia
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