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Porque se tuvo por bueno el pase que me dieron á bordo, firmado por el terrestre. ¿Y eres capaz de tomar cosa anguna de un terreste que se mete á mandar en una freata de guerra? ¡Pero si no había otro remedio, puño!; y además, yo era ya cumplido, y de un día á otro tenían que despacharme.

Consulté inmediatamente con el aprendiz, los impresores y el regente, pero no saqué nada en claro; nadie había visto la carta, ni sabía cosa alguna del que la trajo. Pocos días después recibí la visita de Ah-Ri, el lavandero. ¿Usted querer diablo? Bueno; yo tomar él.

No le conviene á usted tomar ahora caldo ni cosa ninguna. A casa. Y poniéndole la mano en la frente, continuó: Tiene usted mucha fiebre: á casa pronto. La comitiva salió. El clérigo cogió el velón en sus robustas manos, y alumbró la escalera.

Si en vez de tomar un punto del hemisferio norte de la Tierra hubiéramos considerado un horizonte del hemisferio sur, el observador habría notado la misma sucesión de fenómenos, pero en orden inverso.

Pero el carruaje se aproximaba ya al término de la carrera, y Miguel no sabía qué partido tomar. Después de otro intervalo de silencio en el que procuró concentrar todas las fuerzas de su espíritu, volvió el ataque. ¡ no me quieres! dijo en tono quejumbroso, adoptando a su vez la actitud de hombre agraviado. Bien sabes que no es verdad; bien sabes que te quiero, que te adoro con toda mi alma.

Concluyó por fin el banquete con vino blanco y bizcochos; y mientras el fraile y mis tíos se fueron á dormir la siesta y mis primas á vestirse para ir á vísperas, yo me largué al campo á tomar el aire, que buena falta me hacía.

En efecto, todo cuanto tenía estaba en manos de los usureros. Mi madre había ya pagado por sumas importantes. Mis amigos, cansados de prestarme dinero que nunca les devolvía, empezaban á huir de . Había llegado á un momento en que no tenía más que dos partidos que tomar: matarme ó marcharme al extranjero.

Felipe le imitó en todo con simiesca exactitud, pero al tomar la espada lo hizo en tan ridícula y deplorable forma que pareció que recibía un bastón.

Montalbán fue cura y empleado de la Inquisición, y hasta el pobre Cervantes, en la vejez, hubo de tomar el hábito de San Francisco.

16 También tengo otras ovejas que no son de este corral, aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz; y se hará un corral, y habrá un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi alma, para volverla a tomar. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.