United States or Norfolk Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


De igual modo los ostrogodos y longobardos reían cuando los filósofos y retóricos del Lacio pretendían doctrinarlos. Pero no es menos cierto que vuestra alegría inocente me alegra y que ruego de todo corazón á los dioses para que la prosperidad que hoy celebrais sea tan próspera como apetezco.

«Conozco, se pudiera aver escusado este advertimiēto, por componerse oy las farsas en todo genero de verso, mas fue forçoso proponer lo mejor. Sobre todo os ruego escuseis la borra de muchos romances, porq

El duque se sentó en un sillón junto al lecho, y por la primera vez se descubrió delante de Dorotea. Cubríos, cubríos, don Francisco dijo la joven ; yo os lo ruego. Os habla una pobre mujer, y esa mujer os suplica. Cubríos, si no queréis lastimarme. El duque se puso la gorra. ¿Qué queréis, pues? Don Juan Téllez Girón ha sido preso; preso como causante de la herida de don Rodrigo.

En vano Juanita quiso conocer la causa de tan brusca marcha. Te ruego que calles lo dijo Isabel; te conservaré mi amor a este precio. Te amo, no amaré más que a ti; te seré fiel, te esperaré toda mi vida si es necesario, pero nada digas a mi hermana; éste es mi deseo. Y yo deseo que hable dijo Juanita con dulce voz, reteniendo por la mano a su futuro hermano, que sufría al verse detenido.

»¡Oh! no, la última no dije, cruzando las manos. Concédeme hasta la noche, doce horas siquiera, un día entero, y que mis hazañas, mis triunfos, mi reputación militar, se borren para siempre de la memoria de los hombres; que no quede nada de sobre la tierra... Un día, Yago, te lo ruego.

26 Entonces dijo Absalón: Si no, te ruego que venga con nosotros Amnón mi hermano. Y el rey le respondió: ¿Para qué ha de ir contigo? 27 Y como Absalón lo importunase, dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey. Esforzaos pues, y sed valientes. 29 Y los criados de Absalón hicieron con Amnón como Absalón lo había mandado.

Lo que le ruego es que me crea un hombre leal y franco, y no dude de mi buena voluntad y mejores propósitos. Quiero y puedo hacer mucho en favor de usted. En cambio, aspiro á que oiga V. mis consejos y á que los siga. Don Carlos oyó al Comendador atentamente y con muestras de respeto y deferencia. Luego le contestó: Sr.

Yo me quedaré aquí, porque el rey se niega a concederme el permiso que yo le había pedido, dignándose decirme que le soy útil y hasta indispensable, y rogándome, por lo tanto, que me quede. ¿Qué podía responder yo? El ruego de un rey es una orden para el vasallo. » Es usted muy malo, papá dijo Magdalena, puesto que prefiere agradar al rey a darle gusto a su hija.

Os ruego que vengáis, reverendo señor; de otro modo no os hallaréis en estado de cumplir vuestros deberes mañana domingo. ¡Ah! ¡Ved cómo los libros perturban el cerebro! ¡Estos libros, estos libros! Debéis estudiar menos, buen señor, y procuraros algún recreo, si no queréis que estas cosas se repitan. Iré con vos á mi casa, dijo el Sr. Dimmesdale.

Con toda probabilidad, la insistente recomendación del Embajador cuando marchó llevándola Gonzalo Pérez le valdría reprimenda; prefirió, sin embargo, á comunicarla, cerrar la puerta á la importunidad del ruego: procedió piadosamente.