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Pronto comprendieron que debían, primero, gastar con más prudencia, porque las rentas iban mermando considerablemente, y segundo, andarse con pies de plomo en lo que se refería a dejarse galantear, porque entre sus propias imprudencias y la malignidad del tutor y su hermana, iban ellas cobrando reputación de frívolas y ligeras.

Esa reputación sirve a veces en Europa, pero en América da muy poco. Se apartaron de la ventana para emprender un paseo por la cubierta, solitaria en aquellos momentos. Ahí verá usted dijo Isidro a los pocos pasos, continuando de viva voz el curso de sus reflexiones la gran diferencia de lo imaginado a lo real. ¡Cuántas veces he leído yo la descripción de una misa en alta mar!

Hasta sus menores acciones procuraba que fuesen conocidas, sin duda para tranquilizar la susceptibilidad de don Diego; quizá también para oponer una barrera entre ella y los que dudaban de su virtud. La presencia del duque en los salones de la calle del Circo no fue tampoco inútil a la reputación de la señora Chermidy.

La mala reputación del arrendador de Munster data de antiguo, y quiera Dios que no sea él quien logre apartarte del buen camino que has seguido hasta ahora.

Trató el negocio con los que se hallaban allí en corte, que lo entendían, y no contento con esto dió parte dello al Príncipe Doria, para no hacer cosa sin consejo y parecer de un hombre de tanta reputación y que con tanta afición y lealtad había servido siempre, y de más experiencia en semejantes cosas más que otro alguno.

Allí estaba Jacobo Rodney, cazador furtivo bien conocido, y que no gozaba de buena reputación, bajo otros respectos; se había encontrado a menudo con Marner, cuando éste tenía que hacer algunas diligencias atravesando campos y le había hecho algunas bromas respecto del dinero.

Sus maneras provocativas, sus alegres palabras y sus encendidas miradas, trastornaban a los hombres. Tenía la reputación de ser un tanto ligera y el inspector general recordaba que durante dos o tres meses había dado muchísimas vueltas en torno de él, encaprichada y dispuesta sin duda a concederle el beneficio de sus gracias.

Cuando llegaban a oídos de Juanita noticias de la terca incredulidad de doña Inés y de que la sospechaba de hipócrita, Juanita decía para : «No es mal sastre el que conoce el paño»; y sin arredrarse seguía por el camino que se había trazado. Llegó en esto el invierno, y doña Inés quiso vestir a todos sus niños con buena ropa de abrigo; Juanita alcanzaba ya alta reputación de costurera.

Recibióle Andronico con semblante alegre, pero con ocultos temores y sospechas, porque los Catalanes se aumentaban, no solo en reputacion, pero con nuevos suplementos de gente. Y aunque Andronico procuró con particular instancia, que Berenguer viniese á servirle, fué antes que los Catalanes alcanzasen tantas victorias de los Turcos.

¡Pero este D. Ramón cuándo se cansará de inventar patrañas! se decían los unos a los otros por lo bajo, todo por causa de aquella maldita reputación de embustero que había adquirido. Pue eztán bien atrazaiyo en Holanda, amigo Zaleta manifestó Valero, que no le dejaba pasar una.