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En la parte del suelo del barranco hay dos grandes arcos, y encima de estos hay seis, por cuya parte superior atraviesa el cauce del agua para surtir las fuentes de la capital; el punto de donde arrancan los seis arcos sirve de puente para pasar al camino y barrio de las Estaciones.

Se deja donde no se mueva nada, y se sirve con azúcar fina. ARROZ CON LECHE. Se pone a calentar un litro de leche con doscientos gramos de azúcar, canela y corteza de limón. Cuando empieza a hervir se echan cinco jícaras de arroz bien lavado, a fuego lento, y moviéndolo con frecuencia se deja cocer; para servirlo se espolvorea con canela molida.

Esto se explica porque en España se conceden las cátedras por amistad, parentesco o bandería, antes que por mérito; de donde se aprende más y mejor de los opositores que de los mismos catedráticos. No le fatigaré a usted con la relación meticulosa de lo que he aprendido y me figuro saber. Porque, al cabo, el saber poco o mucho, ¿de qué sirve?

Es menester que el espectáculo se prohiba, decía D. Custodio al salir; ¡es altamente impío é inmoral! ¡Sobre todo, porque no se sirve de espejos! añadió Ben Zayb. Mas, antes de dejar la sala quiso asegurarse por última vez, saltó la barrera, se acercó á la mesa y levantó el paño: nada, siempre nada.

Con caldo de cocido se hace hervir una hora, se sazona de sal y se agregan patatas y zanahorias, y cuando se ve que todo está cocido, se sirve.

El podía afirmarlo, que había conocido la notoriedad y pasaba ahora como un desconocido entre las mismas gentes que le admiraban meses antes. Tu reino ha terminado dijo Argensola riendo . De nada te sirve ser buen mozo. Yo, con un uniforme y una cruz en el pecho, te vencería ahora en una rivalidad amorosa. El oficial únicamente hace soñar en tiempos de paz á las señoritas de provincias.

¿De que sirve que cubran tus campos tantas flores, que en tus selvas se oiga al pájaro trinar, si el aire que trasporta sus cantos, sus olores, en alas también lleva quejidos y clamores que el alma sobrecogen y al hombre hacen pensar?

SALSA A LA VINAGRETA. Se machacan en el mortero yemas de huevo; se mezclan bien con cebolla y perejil picado muy fino; se pone un momento en una cacerola con dos partes de aceite y una de vinagre; se vierte esta salsa por el pescado y se sirve. Esta salsa es para pescados cocidos.

En este país... esta es la frase que todos repetimos a porfía, frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido. ¿Qué quiere usted? decimos ¡en este país!

Entre tanto murmuraba Quevedo, subiendo lentamente las escaleras: Para entrar en todas partes, sirve una cruz sobre el pecho; mas para salir de algunas, sólo sirve cruz de acero. ¿Qué decís? le preguntó Juan Montiño. Digo que al entrar aquí, no somos hombres. ¿Pues qué somos? Ratones. ¿Supongo que mi tío no será el gato? No, porque vuestro tío es comadreja.