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El Sr. de Quevedo sabe más que usted... Aquí no se hace más que lo que yo mando declaró la santa con aquel ademán y tono autoritarios a los cuales nadie se podía oponer . Si de aquí a mañana Quevedo no varía de opinión, vendrá la nodriza. Usted se calla y obedece... Yo pago y dispongo. Conque a cuidarse, y ya hablaremos.

Roto el cascarón, Maximiliano se encontró más valiente y dispuesto a medirse con la fiera. Lo que antes era como levantar una montaña, parecíale ya como alzar del suelo un pañuelo. Oyó en calma los desahogos de su tía. ¡Cuántos argumentos se podían oponer a los que la buena señora disparaba con más ardor que lógica!

Pero soy joven, y a veces me imagino los supersticiosos lo llamarán quizás un presentimiento, que mi papel en esta vida no ha terminado aún; que, algún día, de una u otra manera, volveré a participar en asuntos y sucesos de alta importancia, y tendré que oponer mi astucia a la de mis enemigos y la fuerza de mi brazo a los golpes del contrario.

Entonces tuvo miedo del ridículo, pensó que aquello no era más que una contrariedad inherente a su profesión, y cuando al concluir el ensayo general le preguntó la sastra que a qué hora podría ir a probarla el traje, la citó sin oponer resistencia para la misma tarde, sumisa e indiferente como si se tratase de un asunto zanjado.

Conforme con estas ideas se mostraba Doña Francisca, asintiendo a todo, sin atreverse a contradecirla ni a oponer una sola objeción a tan juiciosos consejos. Sentíase oprimida bajo la autoridad que las ideas de Juliana revelaban con sólo expresarse, y ni la ribeteadora se daba cuenta de su influjo gobernante, ni la suegra de la pasividad con que se sometía.

Inútil fué la resistencia que en Maturin pudieron oponer á Morales los que escaparon con vida de la última refriega. El nuevo general del ejército español, por tal le reconoció su oficialidad, llevándolo todo á sangre y fuego, degolló sin piedad y sin distincion de edad ni de sexo á los leales maturinenses.

Me expuso en pocos instantes una infinidad de proyectos a cual más absurdo: según ella, debía presentarme al día siguiente en casa, y pedirle al papá su mano: el papá diría que era muy niña, pero yo debía replicarle inmediatamente que no importaba nada: el papá insistiría en que era demasiado pronto, pero yo le presentaría el ejemplo de una tía, hermana de su mamá, que estaba jugando a las muñecas cuando la avisaron para ir a casarse. ¿Que había de oponer a este poderoso argumento?

Me expuso en pocos instantes una infinidad de proyectos a cual más absurdo: según ella, debía presentarme al día siguiente en casa, y pedirle al papá su mano: el papá diría que era muy niña, pero yo debía replicarle inmediatamente que no importaba nada: el papá insistiría en que era demasiado pronto, pero yo le presentaría el ejemplo de una tía, hermana de su mamá, que estaba jugando a las muñecas cuando la avisaron para ir a casarse. ¿Qué había de oponer a este poderoso argumento?

El espionaje, pues, sólo serviria para dar autoridad á los crímenes, ó para sucumbir en la lucha. , la policía tendria que ser cómplice, ó robada y asesinada por el ladron y por el asesino. ¿Quién lo duda? Cuando un cáncer se apodera de todo nuestro cuerpo ¿dónde encontrareis carne sana que oponer á la carne cancerosa?

Para el desastre hay que oponer el alma; a la indigencia abrir nuestro tesoro, y ahora que alumbra, en calma, el sol, los restos de aquel toro de oro que adoraba el taaleño como Israel el becerro en los vastos desiertos, lloremos por los muertos, por el hombre, el águila y el perro. También lloró el volcán.