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Otra novedad conoció el vecindario de la Presa con la instalación de Elena en la casa del contratista. El salón de Pirovani tenía un piano de media cola, que había permanecido cerrado hasta entonces. Lo compró el italiano en Buenos Aires por complacer á un compatriota suyo, dueño de un almacén de instrumentos de música.

Buscabales posada, proporcionabales almacén seguro para la carga, se entendía con los comerciantes y era en suma la providencia de la tierra de Astorga.

Yo donde hay tres cartuchos de dinamita, de a dos kilos y medio; uno para el almacén de modelos, que es lo que vale más; otro para casa del amo, por la parte de atrás donde tiene la familia... y el otro se guarda para cuando haga falta. Echamos suertes, y a quien le toque, aquél los pone. Un silencio prolongado y medroso siguió a la horrible proposición.

Los disidentes empezaron a reunirse en el café de Londres situado en la calle de Caborana. Pero no muchos meses después corrió por la villa la noticia de que alquilaban un almacén en la calle de San Florencio para establecer sus reuniones. Y así fué.

¿Y cuánto le dio a usted? Diez rublos, y, además, un broche de plata y un corte de traje... Tenía un gran almacén de telas. ¿Y por eso se perdió usted para toda la vida? ¿Qué quiere usted? Yo era joven y tonta. ¿Tuvo usted hijos? , un muchacho. ¿Qué ha sido de él? Murió en un asilo. Claro, después no ha tenido usted hijos... No.

Como que me había pasado en la tienda y en el almacén toda la niñez y lo mejor de mi juventud. Mi padre era una fiera; no me perdonaba nada. Así me crié, así salí yo, con unas ideas de rectitud y unos hábitos de trabajo, que ya ya... Por eso bendigo hoy los coscorrones que fueron mis verdaderos maestros. Pero en lo referente a sociedad, yo era un salvaje.

La techumbre de la cocina ostentaba como remate una tinaja rota, que servía de chimenea. El almacén exhalaba un hedor de polvo, huesos en putrefacción y ropas corrompidas, junto con ese vaho indefinible de las casas viejas largamente cerradas. Un zumbido de moscas pegajosas vibraba en la obscura profundidad de las chozas.

Diez horas estuve detenido en Alar del Rey, almacén de trigo y harinas destinados al tráfico por el Canal de Castilla y Estación de un ferrocarril que irá á Santander con el tiempo, pero que ahora sólo llega á Reinosa..... A las cuatro de la tarde salió al fin un tren para este punto..... El tren se componía de tres ó cuatro coches, ocupados por diez ó doce personas.....

El resto del edificio se advierte ser del tiempo de Felipe V. en adelante, cuyo reinado está mas espresivamente marcado en los trofeos militares de alto relieve, que se dejan ver sobre la entrada de la parte baja del almacen de artilleria número 4, descendiendo desde aquí hasta la grande renovacion que fué sufriendo sucesivamente, y que se completó en 1772 , de cuya época son todos los ornatos del exterior, los pabellones del lado del este, la sala de armas y los cuarteles de oeste, norte y sud.

Es Gualiche que nos abandona, después de haberlo perturbado todo... Lo que hay que desear es que ese demonio no vuelva nunca. ¡Ojalá se hubiese marchado antes!... Al fin, cerrada ya la noche, las gentes se fueron apaciguando. Era la hora de la cena, y los más exaltados prefirieron seguir sus conversaciones en la mesa familiar ó en el almacén del Gallego.