United States or Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sancho Panza, que de tal modo vio parar a su señor, arremetió al loco con el puño cerrado; y el Roto le recibió de tal suerte que con una puñada dio con él a sus pies, y luego se subió sobre él y le brumó las costillas muy a su sabor. El cabrero, que le quiso defender, corrió el mesmo peligro.

, , porque los hombres son todos muy ingratos y cuanto más se les quiere es peor... ¿Piensa V. que yo no lo ?... Me ha tenido V. al balcón todas estas tardes esperándole; ¡pero que si quieres!... Por la noche detrás de los cristales, le veía pasar, muy serio, muy serio, sin mirar siquiera hacia mi casa... Yo decía, ¿estará enfadado conmigo? ¿Por qué se habrá enfado? ¿Será porque he cerrado el balcón a las tres menos cuarto?

Eran las cinco cuando entrábamos en lo de Valentina; ella nos esperaba en la puerta de calle con un vestido de gasilla, blanco, cerrado por un cuellecito plegado, sobre el cual se destacaba su cabecita adorable y llena de inocente coquetería.

Cerrado el escritorio, preparado el espíritu para una pequeña sesión, suelen armar algunas... al lado de las que las explosiones latinas son idilios. Es que también, para un hombre joven y aficionado, el teatro no puede ser más agradable.

Cuando el doctor hubo hecho su examen en silencio, se apartó de la abertura. Pasa tu brazo por allí, Adalberto dijo, y procura alcanzar la cerradura. Ella la ha cerrado por dentro. Pero la señora Hellinger, apretándose contra la puerta, suplicó a grandes gritos a «su querido tesoro» que se despertara y abriera ella misma. Al fin, se consiguió apartarla y abrir la puerta.

Como lo denunciaba su acento, de lo más cerrado y ceceoso que puede oírse, era andaluz y de la provincia de Málaga. No lo todo, amigo Valero repuso con calma Saleta; pero conozco perfectamente la historia de mi país y las particularidades referentes a mi familia. ¿Y qué tiene que ver zu familia con ezo de lo zuevo, compañero?

Después de la tarde en que la tuvo entre sus brazos, secando sus lágrimas, conteniendo las contorsiones de su desesperación, besando su frente con un dolor fraternal, la verja de Villa-Rosa se había cerrado detrás de él para siempre. «Ven mañana», gimió Alicia al despedirle.

Más hubiera dicho, pero la tos, que por lo homérica, tenía cierta semejanza con la risa de los dioses, le invadió de súbito y allí fue Troya. Concluido el acceso, el ojo rotatorio derramó abundante lloro, mientras el otro, más cerrado que arca de avaro, no daba señales de existencia. «Y ahora continuó Bou, gozoso del mutismo de Mariano , si quieres que te consejos, te los daré.

No trata de brillar ni de forzar la atención y me gusta su cara pensativa. Da gana de leer en el secreto de aquel corazón tan bien cerrado. Tiene hermosos ojos, cuya mirada, a veces, conmueve y penetra. Y, además, es muy adicto a mi padre... Pero yo no puedo, sin embargo, ir a decirle: «Por el amor de papá, cásese usted conmigo, caballeroTendría que ocurrírsele a él solito.

Me daba gusto repetirle lo poco que sabía yo, viendo brillar sus miradas y sonreir su boca. Despertábase la fisonomía en aquel rostro antes cerrado y tosco; hasta entonces había sido un ser indiferente, y se convirtió en hombre que reflexionaba acerca de mismo y de los objetos que le rodeaban.