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Algo mas abajo de la embocadura del Tijamuchi, forma el Mamoré un gran recodo, fácil de evitar entrando en un bañado que se presenta sobre la orilla izquierda, y cuyas aguas, casi siempre corrompidas en algunos parages, causan fiebres intermitentes, al paso que ostentan en algunos otros, numerosos grupos de la magnífica planta llamada victoria.

Es menester que de las sustancias corrompidas que en el mantillo hay absorba el rosal la savia vivificante que ha de dar lozanía, gala y primor a sus hojas y a sus flores. Cubrí, pues, con mantillo las raíces y el pié del rosal, y el rosal ha reverdecido y florecido como por encanto. La verdura de sus hojas es brillante: sus rosas son divinas.

La poligamia, destructora de todo órden doméstico y público, que produce la opresion de un sexo y la mutilacion del otro , que hace que el matrimonio no sea un vínculo, ni la familia una sociedad, introduce costumbres totalmente contrarias á la naturaleza del hombre social; estas á su vez originan hábitos opuestos á la naturaleza del hombre físico; y de este modo se verifica que una religion que prohija como inocentes las inclinaciones naturales corrompidas, condena á perpetua barbarie al pueblo que la observa.

Porque él era la fuente, el origen y el único causante de todas mis desdichas; el demonio sagaz que había socavado mi fortaleza, para arrojarme después hecha jirones al lodazal de las gentes corrompidas. ¡Y con saber esto, y con no poder amarle ya, todavía no lograba aborrecerle! Otro de mis castigos. »Pensando así, llegué a mi casa una hora más tarde de lo que había calculado.

La techumbre de la cocina ostentaba como remate una tinaja rota, que servía de chimenea. El almacén exhalaba un hedor de polvo, huesos en putrefacción y ropas corrompidas, junto con ese vaho indefinible de las casas viejas largamente cerradas. Un zumbido de moscas pegajosas vibraba en la obscura profundidad de las chozas.

Si se abriga, al contrario, el firme propósito de que torne á ser el teatro lo que fué antes, y lo que debe ser siempre, ha de aplicarse la máxima de poner sólo en escena buenas obras y ricas en poesía, ó aquéllas, por lo menos, que demuestren el empeño de sus autores en alcanzar fines elevados; una serie no interrumpida de tales representaciones formará á su vez al público, y le quitará toda ocasión de dejarse llevar de sus inclinaciones habituales y corrompidas; si, al contrario, se familiariza largo tiempo con esas representaciones, entonces, como acontece también en la estación más hermosa de la primavera que haya algún día espesas escarchas, renunciará al cabo á sus hábitos pertinaces, y comprenderá el contraste monstruoso que ofrecen las composiciones poéticas, dignas por su mérito de alabanza, y las prosáicas é indignas, que excitaban antes su entusiasmo.

Esperamos también, puesto que soñamos en el porvenir y hacia él se dirigen nuestras miradas, que los ingenieros encargados de la regularización del arroyo, sabrán hacer del gran depósito líquido de alimentación, no una charca vulgar con sus playas malsanas y aguas corrompidas, sino un lago puro y encantador, sembrado por grandes árboles y bordado de plantas acuáticas, para que el artista, lo mismo que el labrador, experimente un gran placer al contemplar las aguas cristalinas bajadas de la montaña.

Muere el calumniado, pero la calumnia sobrevive, como para perseguir a la víctima hasta más allá de la tumba. La calumnia es la fetidez de las almas corrompidas. El corazón del calumniador es un esterquilinio. Corrí a mi casa, me encerré en mi cuarto, y me tendí en la cama. Mis sienes ardían; el corazón se me hacía pedazos.

MÁXIMO. Y este orden social en que vivimos nos envolverá en una red de mentiras y de argucias, y en esa red pereceremos ahogados, sin defensa alguna... manos y cuello cogidos en las mallas de mil y mil leyes caprichosas, de mil y mil voluntades falaces, aleves, corrompidas.

Su vida había sido un amargo y desbordado rodar hacia abajo, como todas las vidas y todas las cosas, hacia las negras aguas del misterio. Y aconteció que la misma noche que un periódico publicaba el elogio rimado de su risa, una de esas sombras que cantan canciones lúgubres y corrompidas en la alta noche, me dió la nueva amarga. ¡La pobre ha muerto hoy en el hospital!