United States or Namibia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Habrá mas ó menos equivocacion ó extravagancia en la aplicacion de dichas ideas á ciertos casos particulares; pero las ideas matrices de bueno y malo, justo é injusto, lícito é ilícito, son las mismas en todos tiempos y países, forman como un ambiente en que el espíritu humano respira y vive.

Se echó atrás las aletas del abrigo y dejó sobre la cama un mazo de violetas que llevaba oculto. Su perfume pareció dulcificar aquel ambiente que olía a carne enferma y antisépticos. ¡Ay! ¡flores! dijo Feli con vocecilla infantil . ¡Flores! Y su mirada acarició a Isidro con expresión de gratitud.

Pero no había que pensar en esto. Ya purificaría su alma cuando estuviese en tierra. Por el momento, su abyección resultaba irremediable, y cada vez iría en aumento mientras no abandonase este ambiente. Era esclavo del «gran tentador» de que hablaba Isidro. Sólo le faltaba arrastrarse como los impuros de las leyendas convertidos en bestias.

Los dos sufrieron hambre; viéronse separados por la persecución y el encierro; pero volvían a unirse, continuando la novelesca correría, hasta que la miseria y la tisis acabaron con ella. Gabriel lloraba recordando sus últimas entrevistas en un hospital de Italia, limpio y pulcro, con ese ambiente helado de la caridad. Como no era su marido, sólo podía visitarla dos veces por semana.

Y veo en mis ensueños tus bailes voluptuosos, Salones que perfuman las ninfas Argentinas, Y grupos en que brillan sonrisas peregrinas Cual no las ha fijado de Fidias el cincel. Y siento entre los giros del valz, que corre, vuela, La brisa que producen las alas del ambiente Cargadas con efluvios que envuelven dulcemente Mi corazon y mi alma, mi espíritu y mi ser.

Rafael vivía envuelto en aquel mismo ambiente tibio y suave del hogar honrado, que una tarde, paseando por Valencia, le mostró don Andrés como esperanza risueña si quería volver la espalda a la locura. Tenía mujer e hijos; era rico.

Todos sentían en el ambiente el paso de la verdad, y cuando terminó con una invocación al porvenir, en el cual no existirían absurdos ni injusticias, se hizo más profundo el silencio, como si un viento glacial, una brisa de muerte hubiese aleteado sobre aquellas cabezas que creían estar deliberando en el mejor de los mundos.

Había sido reemplazada por la señora de Villanera, atenta a sus menores deseos y movimientos, pero que le daba miedo. En un ambiente tan poco tranquilizador, la pobre niña no se atrevía ni a dormir ni a estar despierta. Cerraba los ojos para no ver los tapices, pero no tardaba en volverlos a abrir, porque entonces se le presentaban otras imágenes más espantosas.

Todo era creíble para Luz, menos que Ángel y ella no fueran una misma cosa, con un mismo corazón y un mismo pensamiento; que lo que les estaba pasando a los dos no fuera lo que debía pasar, ni que hubiera en el mundo suceso ni contrariedad destinados a impedirlo. ¿Quién, ni qué se resiste contra el ambiente que se respira y el sol que alumbra?

Por lo contrario, experimentó cierta satisfacción, como si la circunstancia de que Martholl gustase de ella la hubiese hecho superior a las otras jóvenes allí reunidas. Eran ideas que nunca se le ocurrían, pero que, en aquel instante, bajo la influencia de aquel ambiente tendían a impresionarla en favor de Huberto.