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Buscadlos en las cruces de los cementerios, en las fosas comunes repletas, y formaos una idea del número de bajas en ese pequeño ejército de trabajadores, recordando que muchos ingenieros, con el principal a la cabeza, gente toda cuya higiene personal les servía de preservativo, han sido de los primeros en caer bajo las fiebres del Istmo.

Aresti, recordando los dos Alcides que con la porra en la mano, y al aire la soberbia musculatura dan guardia á los blasones de armas de la provincia, decía hablando de él: «Mi primo se ha escapado del escudo de Vizcaya». Era sobrio en palabras, como todos los hombres que tienen el pensamiento y la acción en continuo uso.

Pero ya que tanto te ocupas de hacer feliz á la humanidad, ¿por qué no te acuerdas de la pobre de tu mujer?... Y hablaba con sorda cólera de la de Lizamendi, que muchas veces lloraba al visitarla, recordando el pasado. Se veía en una situación difícil, ni soltera, ni viuda; eludiendo hablar de su estado, ocultándolo casi, para que nadie pudiese creer que era ella la culpable de la separación.

... ya me acuerdo. ¡Qué día! ¿Sabes que me echaron porque decían que había entrado un hombre en la casa? ¿Sabes? ... ¡Qué malas son! ¿Y no entró? entró, ... ¿pero yo qué culpa tenía? Ellas dicen que entró por . ¡Qué malas son! ¿Y no entró por ti? ¿Por mi? contestó Clara con la voz entrecortada y muy débil. ¿Por mi? Después se detuvo como recordando, y dijo: , por mi.

Tío Juan, el perito, canturria, con voz atiplada y temblorosa, aires de sus mocedades, y, recordando galantes aventuras, enamora á la disimulada á la mujer de Antón. Ogenio palpa con torpe mano las monedas que le quedan en el bolsillo, y contando por los dedos de la otra, sostiene y jura que ha dado dinero de más á Perales.

El agua, ya sin destino, de las antiguas fuentes, suena debajo de los escombros, como enterrado vivo que se queja en demanda de socorro, ó como recordando y llamando á los antiguos frailes para que reedifiquen aquel edificio monumental.

Hundido en la cama y apagada la luz, sentía una intensa voluptuosidad recordando todo lo ocurrido aquella tarde. El cansancio del viaje, la mala noche pasada en el vagón, no le daban sueño, y con los ojos abiertos en la obscuridad iba reconstituyendo lo que la artista le había contado a última hora paseando por el jardín.

Del Diablo Cojuelo, entremetido espíritu infernal que da nombre y ser a la novela, trató el señor Bonilla en una breve nota. Mucho más merecía el que «trujo al mundo la zarabanda, el déligo y la chacona», y yo he de volver hoy por su negra honrilla, recordando la mucha familiaridad que nosotros los españoles hemos tenido con él.

El rapsoda, compañero de los héroes, pulsaba su lira antes de comenzar la batalla, para inflamar el ardor de los combatientes, recordando antiguas proezas ó cantando las hazañas de sus contemporáneos.

Algunos creían que esta isla fantasma era el lugar del Paraíso terrenal donde viven en bienaventuranza eterna Elías y Enoch... La santa poesía se aprovecha siempre de las ficciones populares, y por esto el Tasso, al encantar al caballero Rinaldo en los mágicos jardines de Armida, los coloca en una isla de las Canarias, recordando sin duda la tradición de la de San Borombón.