United States or Côte d'Ivoire ? Vote for the TOP Country of the Week !


Había sido reemplazada por la señora de Villanera, atenta a sus menores deseos y movimientos, pero que le daba miedo. En un ambiente tan poco tranquilizador, la pobre niña no se atrevía ni a dormir ni a estar despierta. Cerraba los ojos para no ver los tapices, pero no tardaba en volverlos a abrir, porque entonces se le presentaban otras imágenes más espantosas.

Lo vi por primera vez maniobrando sobre un paciente que seguramente quedaría sin hueso sano. En los distintos sistemas curativos que los mediquillos filipinos emplean, figura el de la soba, ostentando los que la practican el poco tranquilizador título de sobanderos.

Me voy a la máquina; las calderas empiezan a rugir y las válvulas de seguridad dejan ya escapar, silbando, un hilo de vapor poco tranquilizador. ¿Estamos aún en el terreno legal? pregunto al joven maquinista, que no quita sus ojos del medidor. Tenemos aún cincuenta libras para hacer calaveradas, señor; pero no quisiera emplearlas.

Ido era tan caballero que le faltó tiempo para hacer la invitación, añadiendo una frase muy prudente. «Pero, tocayo, sepa que no tengo más que un duro... Con que no se corra mucho...». Hizo el otro un gesto tranquilizador y cuando el Tartera puso el servicio, si servicio puede llamarse un par de cuchillos con mango de cuerno, servilleta sucia y salero, y pidió órdenes acerca del vino, le dijo, dice: «¿Pardillo yo?... pa chasco... Tráete de la tierra».

Qué cosas dices murmuré confundida. De tu alma hermana... ¿eh?... Si tu abuela te hubiera dejado leer la mitad solamente de los librotes que yo he leído, razonarías como yo, mi pobre Magdalena. Y sería una lástima respondió la de Ribert, muy descontenta esta vez. Usted, Francisca, tiene un modo de ser poco tranquilizador... No comprendo...

Su aspecto era tranquilizador: grandes rocas peladas, pobladas de aves, algunas matas de ajenjo, espesuras de lentiscos, y acá y acullá entre el fango algunos maderos que empezaban a pudrirse; pero, a fe mía, para pasar la noche eran preferibles esas rocas siniestras al camarote de una vieja barca a medio cubrir, donde entraba el oleaje como Pedro por su casa, y con ella tuvimos que conformarnos.

Los unos llevaban sombrero, los otros una redecilla o un simple pañuelo de colores vivos cuyos extremos flotaban sobre sus hombros; pero todos tenían el color atezado, los ragos duramente característicos y el aspecto poco tranquilizador que distingue a los contrabandistas de tierra que operan en el litoral andaluz.

Aquella ingrata tarea debía producirle grandes intereses, y cuando la de Raynal le proclamaba irresistible, estaba muy cerca de la verdad. A la dolorosa angustia que le oprimía el corazón se mezclaba en Liette un sentimiento muy dulce del que no pensaba en desconfiar ni en defenderse; era el agradecimiento y nada más... El médico del pueblo se mostraba poco tranquilizador.

El final de la historia no era más tranquilizador. La serpiente acababa por morder en el corazón á la princesa, y la desdichada descendía con el peso de su pecado á los infiernos. Vamos, hija mía dijo el confesor tras una pausa, para recobrar su sonrisa después de la historia horripilante. eres más buena que la princesa: no querrás perder tu alma ocultando las faltas al confesor.