United States or Sierra Leone ? Vote for the TOP Country of the Week !


El tren pararía media legua antes de Piedrasblancas, ¡pero cuidado con bajarse en seguida! ¡Mucho cuidado! Pierda usted cuidado. En efecto, al poco rato el tren detuvo un instante su marcha; sólo el tiempo necesario para que marido y mujer dijesen a Andrés: Buenas tardes, caballero, feliz viaje y se bajasen con la premura que les consentía la pesadumbre de sus cuerpos.

Cuando se detuvo la larga fila de vagones y comenzaron los viajeros a bajarse, Pepe fue registrando con la vista los departamentos uno por uno, mas no vio salir de ellos ningún cura. Miró a las gentes que ya se habían apeado, y tampoco. Entre los recién llegados que se agolpaban a la puerta de salida, no había clérigo alguno.

Dejó de apretar mi mano y hasta retiró la suya: volví a cogerla disimuladamente, pero al poco tiempo la retiró de nuevo. El segundo acto había terminado. Al bajarse el telón me hizo mirar el reloj, y viendo las once, dijo que era necesario partir en seguida, porque a las once y media, a más tardar, iba el criado a buscarla. Salimos del teatro.

Vestía en aquel momento un traje morado obscuro extremadamente ceñido y plegado al cuerpo, y si bien, a petición suya, se los hacían ya un poco más largos, todavía al bajarse para cortar las flores enseñaba gran parte de unas espléndidas y bien torneadas pantorrillas, que corrían pareja con los brazos de marras.

Presentí que alguien me traía noticias de mi amada y acudí presuroso. No me había engañado el corazón. Era el caballerango del P. Herrera. Aquí tiene usted... me dijo, sin bajarse del caballo, esta cajita y estas cartas. Volveré mañana por la contestación. ¡Cartas de Angelina! Una para mis tías; otra para . Corrí a mi cuarto y cerré la puerta. Deseaba estar solo, solo....

Después, viendo el Palacio o Viña de los Médicis, que esta en la Trinidad del Monte, y pareciéndole el sitio a propósito para estudiar y pasar allí el verano, por ser la parte más alta y más airosa de Roma, y haber allí excelentísimas estatuas antiguas de que contrahacer, pidió al Conde de Monterey, Embajador de España, negociase con el de Florencia le diesen allí lugar, y aunque fue menester escribir al mismo Duque, le facilitó esto y estuvo allí más de dos meses, hasta que unas tercianas le forzaron a bajarse cerca de la casa del Conde, el cual, en los días que estuvo indispuesto, le hizo grandes favores, enviándole su médico y medicinas por su cuenta, y mandando se le aderezase todo lo que quisiese en su casa, fuera de muchos regalos de dulces, y frecuentes recuerdos de su parte.

No consiguió sino excitarse más y más; el endiablado cuello, aunque quedaba en su sitio después de cada tirón, no tardaba dos minutos en bajarse y ahuecarse de nuevo. La desesperación se iba apoderando velozmente del gallardo caballero; hasta se le descompuso un poco el semblante.

Miguel corrió al instante a recogerlo; al bajarse sintió unos pasos precipitados detrás y vio frente a al levantarse a un cadete de Estado Mayor, flaco y larguirucho como una espina, quien le dirigió una mirada torva y colérica y hasta tuvo conatos de abocarle; pero después de vacilar un instante siguió caminando aunque volviendo a menudo la cabeza para mirarle de arriba abajo con expresión nada pacífica.

Perucho, cuyos pies descansaban en las anfractuosidades del muro, se quedó como incrustado en él, sin osar respirar, ni bajarse, ni moverse, porque aquel hombre desconocido, mal encarado y en acecho, le infundía el pavor irracional de los niños, que adivinan peligros cuya extensión ignoran.

Por entre los árboles vi reunidos a Suárez y a Joaquinita, que nos miraban con sonrisa despechada y maligna. No hice caso; pero Gloria, que también acertó a divisarlos, se puso seria repentinamente y no tardó en bajarse. Volvimos a reunirnos al grupo mayor.