United States or Trinidad and Tobago ? Vote for the TOP Country of the Week !


Todos se habían sentado y veían con admiración al valiente muchacho cortar, despedazar, empinar el codo, mirar luego a Luisa y a su madre con ojos tiernos, y contestar a unos y otros sin perder bocado.

El duque, repantigado en el único sillón que había en el despacho de Llera, mientras éste se mantenía frente a él de pie dando vueltas en la mano a unas grandes tijeras de cortar papel, paseó tres o cuatro veces de un ángulo a otro de la boca el negro y mojado cigarro, sin contestar a las últimas palabras de su secretario. Al fin gruñó más que dijo: ¡Hum! El ministro está cada día más terco.

Esto que parece una pequeñez, es el primer paso para establecer las economías que deben hacerse en aquel erario; economías que reclaman las circunstancias, y que de ellas resultará cortar antiguos abusos introducidos en esta parte.

Villa se encontraba en felicísima disposición, alegre y chancero, que hubiera dado gozo a cualquiera y le hubiera despertado el contento. Pero yo, en vez de animarme, me fui poniendo cada vez más sombrío, y con el egoísmo del que padece ansias de amor, a riesgo de cortar aquel torrente de alegría que le inundaba, me puse a contarle con todos los pormenores lo que me estaba sucediendo.

Julio mostró cierta inquietud, como si pretendiese cortar la conversación. Deja á mi padre. Hoy dice eso porque la guerra no es todavía un hecho, y él necesita contradecir, indignarse con todo lo que se halla á su alcance. Mañana tal vez dirá lo contrario... Mi padre es un latino. El profesor miró su reloj. Debía marcharse: aún le quedaban muchas cosas que hacer antes de dirigirse á la estación.

Estuvo a punto de exclamar: «Acompáñame». Presintió resistencias, y pensó para su sayo: «¡Qué demonio! Más vale dejarle. Aunque se empeñe, no me ha de cortar el paso.... Y si cree que puede conmigo...». Fijó sin embargo una mirada escrutadora en las escuetas facciones del cazador, donde creía advertir, muy encubierta y disimulada, cierta contracción diabólica.

En número redondo dicen sus cartas que juntó en la flotilla 140 hombres; en el rol parecen 148 sin cortar su persona, la del adelantado D. Bartolomé, su hermano, y la de D. Fernando, su hijo. En resumen.

A la izquierda se eleva la cúspide del Donon, sembrada de rocas y de algunos abetos achaparrados. Delante, el camino estaba interceptado: la tierra de los desmontes se había dejado correr sobre la nieve, y varios árboles corpulentos, con las ramas sin cortar, se hallaban atravesados en la carretera.

Mientras esto decía, doña Flora había traído luengas piezas de damasco amarillo y rojo y ayudada de su doncella empezó a cortar unas como dalmáticas o jubones a la antigua, que luego ribeteaban con galón de plata.

Los banqueros se mostraron corteses y reservados, procurando cortar con su actitud grave aquel flujo de chanzonetas. El caso no era para menos. Hacía cosa de un año que Salabert les había vendido la propiedad del ferrocarril de B * a S *, ya en explotación y con todo su material.