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Debemos ayudarnos los unos á los otros en nuestras desgraciasAsí pensé; sólo que con la batahola que hay en casa, no tuve tiempo de venir ni de contestar.... Pero hoy, aunque estaba medio muerto de pena, dije: «Voy, voy al momento á sacar del purgatorio á ese buen amigo D. Juan...» y aquí estoy para decirle que aunque me debe usted setenta y tantos mil reales, que hacen más de noventa con los intereses no percibidos, y aunque he tenido que darle varias prórrogas, y... francamente... me temo tener que darle alguna más, estoy decidido á hacerle á usted ese préstamo sobre los muebles para que evite la peripecia que se le viene encima.

En vez de agradecerme lo que hago por vosotras, me calumniáis ... No, no: entendámonos. , Rumalda, estate tranquila: que tienes necesidades, que los tiempos están malos... Cuando los tiempos están malos, hijas, ¿qué hemos de hacer sino ayudarnos los unos á los otros?

24 ¿Por qué escondes tu rostro? ¿Olvidaste nuestra aflicción, y la opresión nuestra? 25 Porque nuestra alma se ha agobiado hasta el polvo; nuestro vientre está pegado con la tierra. 26 Levántate para ayudarnos, y redímenos por tu misericordia. 2 Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.

Harto hace, a mi entender, con ayudarnos a vivir modestamente: no le pidamos hoteles, coches y alfombras como en Francia o Inglaterra porque no puede dárnoslos.

Al día siguiente los examinaba el Vara de plata, y si encontraba un descuido, imponía multa. Una invención del demonio para no dejarnos dormir camarada. Cuando más, podremos descabezar un sueño. Es preciso ayudarnos. Mientras uno duerme un rato, el otro se encargará de apuntar en esas malditas máquinas. Nada de descuidos, ¿eh, novato? La paga es corta, el hambre mucha, y no estamos para multas.

Llegamos a la aldea de Telnitz y allí comenzó el ataque continuó imperturbablemente Santorcaz . En la loma quedaban todavía veintisiete batallones de infantería rusa y austriaca, mandados en persona por los dos Emperadores y por el General en Jefe ruso KutusofAh, muchachos, si hubierais visto aquello! Mirad hacia enfrente, pues desde aquí se distingue muy bien la posición que respectivamente teníamos: ellos encima, nosotros debajo... Al principio nos acribillaban; pero Soult nos mandó subir a todo trance, y subimos desafiando la lluvia de balas. Para ayudarnos, el general Thiebault, de la división de Saint-Hilaire, refuerza nuestra derecha con doce piezas de artillería, que, bien disparadas, hacen grandes claros en las filas contrarias.

Y su caballo llevaba, al menos, una tercera parte de la carga de la tartana. ¡Ah! ya caigo dijo el fraile a quien el signo del gitano había asustado mucho , ya caigo; el señor capitán se queda con nosotros, porque conoce una salida secreta que puede ayudarnos a salir de esta ensenada sin necesidad de subir por ese camino, tan alto como la escala de Jacob.

Lo cierto es que nos envolvió y nos dividió y nos fue rematando barco a barco de tal modo, que no podíamos ayudarnos unos a otros, y cada navío se veía obligado a combatir con tres o cuatro. »Pues verá usted: el Bahama fue de los que primero entraron en fuego.

Toma un par de duros: los hombres de verdad debemos ayudarnos; hoy por ti, mañana por . Y le entregó un par de redondeles de plata con un ademán de compañero de armas. -Oye: lo de tu matrimonio será filfa continuó . Yo lo calé apenas me hablasteis. ¡Valiente tuno estás, sobrino!... Y la muchacha lo vale; una gachí con dos ojos como dos quinqués. Si no fueses de la familia te la quitaba.

Mil realitos al mes... y luego si usted logra que yo ajuste a esa señorita... ¡Ahí le duele!... No andemos con hipocresías. Ya le he dicho a usted que yo también tengo mis debilidades. Entonces... entre hombres debemos ayudarnos. El día menos pensado tiene usted una conquista seria, y me dice usted: «Amigo Todellas, présteme usted la llave y váyase usted de paseo»; por un amigo todo se hace.