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Los establecimientos nocturnos copiaban los títulos de Montmartre; pero si en una sala parisién danzaban cincuenta parejas, en la de Berlín bailaban doscientas; si en una parte se destapaban diez botellas, en la otra eran cien; y si en los bulevares había batallones de mujeres sueltas, en la metrópoli germánica podían formarse cuerpos de ejército con las hembras en disponibilidad.

Un largo rato permanecimos en la mayor ansiedad, pidiéndonos unos a otros noticias de lo que ocurría; pero en nuestro regimiento no se sabía nada; todos los generales corrieron hacia la izquierda del camino, y los jefes de los batallones aguardaban órdenes decisivas del Estado Mayor.

Todo estaba igual que en su infancia: los bustos de los grandes poetas en la cumbre de las librerías, las coronas en sus encierros de vidrio, las joyas y estatuas ganadas á fuerza de consonantes en sus vitrinas y pedestales, los libros de fulgurante lomo formando apretados batallones á lo largo de los estantes.

Eran los ratones que en tropel corrían por aquellas regiones baldías donde habían abierto con su habilidad y paciencia infinitos caminos y derroteros. ¡Ah! exclamó Carnicero riendo con lastimosa imbecilidad . Son los reales ejércitos que van al combate. Adelante, bravos batallones. La hora del triunfo se acerca. Que no quede de masonismo ni el grueso de una uña.

El ejército del Brasil, compuesto en su mayor parte de negros y mulatos, está uniformado con toda la chocarrería posible, formando un divertido golpe de vista la formacion de sus batallones, donde juegan sin armonía todos los colores del arco íris.

La caballería, brazo de los momentos terribles, no funcionaba aún y permanecía detrás, quieta y relinchante, conteniéndose con sus propias riendas. Pero a pesar de generalizarse la lucha, en aquel primer período de la batalla todo el interés continuaba, como he dicho, en el ala izquierda. Atacada por los franceses con valentía pasmosa, nuestros batallones de línea retrocedieron un momento.

D. Roman Ramon Diaz; el Sr. Dr. D. Feliciano Antonio Chiclana; el Sr. D. Hipólito Vietes; el Sr. D. Juan José Viamont, Capitan graduado del regimiento fijo de infantería, y Sargento mayor de los batallones primero y segundo de Patricios; el Sr. D. Nicolas Peña, Oficial de blandenguez de estas fronteras; el Sr. D. Juan José Rocha, Escribano público y del número; el Sr.

Cerca de la altura en cuya cumbre estaba la Galería de la Industria, notó un movimiento extraordinario. Llegaban por diversas avenidas batallones de mujeres armadas con arcos y lanzas. Vió presentarse además un escuadrón de la Guardia gubernamental y numerosos destacamentos de la policía masculina y barbuda, que abandonaban la vigilancia de las calles para acudir á esta concentración guerrera.

Lo singular del caso consistía en la actitud hostil que la niña desplegaba hacia esas criaturas hijas de su fantasía y de su corazón. Jamás creó un amigo, sino que siempre, á imitación del Cadmo de la fábula, parecía sembrar á derecha é izquierda los dientes del dragón, de los que brotaban batallones de enemigos armados á los cuales la niña declaraba al punto la guerra.

Cerca del amanecer, el cansancio le hizo dormirse, y despertó bien entrado el día. Su primera mirada fué para el camino. Lo vió lleno de hombres y de caballos que tiraban de objetos rodantes. Pero los hombres llevaban fusiles y formaban batallones, regimientos. Las bestias arrastraban piezas de artillería. Era un ejército... era la retirada.