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Ahora disponen de más soldados que nunca, de prodigiosas herramientas de destrucción, y sin embargo se mantienen en forzado quietismo, armados hasta los dientes.

Más tarde, la desobediencia entraba en la ciudad misma; últimamente, hombres armados recorrían las calles a caballo disparando tiros, que daban muerte a algunos transeúntes.

Luego, el viejo despertaba de pronto. «¿Usted cree que llegarán hasta Burdeos?...» Y su deseo de no detenerse hasta alcanzar con su familia un refugio absolutamente seguro le hacía acoger como oráculos las vagas respuestas. Al amanecer vieron á los territoriales del país guardando las vías. Iban armados con fusiles viejos; llevaban un kepis rojo como único distintivo militar.

A las seis de la tarde el insolente hidalgo galopaba en dirección a la villa de su residencia, cuando fué enlazado su caballo; y don Antonio se encontró en medio de cinco hombres armados, en los que reconoció a otros tantos de los comensales del cura. Dése preso vuesa merced le dijo Tupac-Amaru, que era el que acaudillaba el grupo.

Ofreció servir con fidelidad, y así le asentó Montaner en los libros, á él, y á diez caballos armados, para que todos ganasen sueldo en su provecho. Esto se acostumbraba de hacer con algunos caballeros, y gente principal, asentalles el sueldo por mas gente de la que traían, para hacerles esa comodidad.

Los de Santo Angel empero, habiendo quitado por fuerza las cartas al correo en el paso del Iguy, en donde los militares superiores estaban fabricando un fuerte, y pasando despues al pueblo, embistieron armados, y pidieron para deponer al corregidor, ó cabeza del cabildo, el que era autor de dichas cartas.

A continuación desfiló una tropa del ejército de línea, ó sea de aquellas muchachas con casco de aletas que Gillespie había visto al despertar. Los soldados iban armados, unos con arcos y otros con alabardas.

Si quieres conservar a la mujer, no la cedas a nadie; defiéndela de todo agresor, con las armas en la mano, sin retroceder ante los peligros, ante la muerte misma. Créeme, las mujeres saben apreciar tal suerte de heroísmo. Y ten en cuenta que las mujeres no traicionan sino a quienes las han traicionado antes. MARCIO. ¿Pero cómo podemos reñir con ellos? ¡Están armados, y nosotros estamos inermes!

En su sentir, la vida era un juego de azar y reconocía el tanto por ciento usual en favor del banquero. Una escolta de hombres armados acompañó a esa escoria social de Poker-Flat hasta las afueras del campamento.

Partió de Mecina Berenguer solicitado de este segundo llamamiento, y llegó á Grecia con algunas galeras, y cinco bajeles armados, y en ellos mil Almugavares, y trescientos hombres de á caballo, toda gente muy lucida.