United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nadie debía dudar de su fortuna: era de los hombres que dicen siempre la última palabra. Al amanecer abandonó el vagón. «Buena suerte.» Y estrechó las manos de aquellos jóvenes animosos, que iban á morir tal vez en breve plazo. El tren pudo seguir su camino inmediatamente al encontrar por casualidad la vía libre, y don Marcelo se vió solo en una estación.

Situáronse á un cuarto de legua del pueblo, y al amanecer del siguiente día se vieron brillar á lo lejos las bayonetas de los franceses. La guerrilla les hostilizó con fuegos esparcidos: al principio, los franceses vacilaron con la sorpresa; mas repuestos un poco, atacaron á los nuestros. El combate fué encarnizado. Elías y Chacón se miraron con angustia.

La hinchazón de las piernas, como usted habrá visto, ha tomado esta noche un gran incremento... el propio y natural del avance repentino que ha dado la enfermedad, quizás por el rápido descenso que ha habido en la temperatura esta madrugada... porque no si habrá usted notado que hace un frío desde el amanecer, que corta un pelo.

Debajo del corredor emparrado de la casa del capitán se guarecen. Era ya cerca del amanecer. Al verse en su parroquia, tan próxima á su casa, se le dilata el pecho á Demetria y se le suelta la lengua. ¡Qué ajena estaría su madre de la sorpresa que iba á darle! ¡Cómo dormirían los pobrecitos de sus hermanos! Era necesario aguardar allí á que rayase el alba para no darles un susto.

Por el estilo del salón que describo hay en París cinco o seis en los cuales no se baila, ni se carta, ni se juega, y sin embargo no se sale de ellos nunca antes del amanecer. Puede decirse que hay en él dos principios, uno hijo del corazón y otro del entendimiento, que mutuamente se repelen. Es egoísta por sistema y generoso por naturaleza.

Cuando llegó el día señalado, una hora antes de amanecer montó en su jaco tordo, que él había criado con mimo y al cual había puesto por nombre Lucero, y bajó por el camino de Villoria hasta el llano. Cuando pasó por Entralgo aún no había amanecido.

Todos los días, al amanecer, saltaba de la cama Roseta, la hija de Batiste, y con los ojos hinchados por el sueño, extendiendo los brazos con gentiles desperezos que estremecían todo su cuerpo de rubia esbelta, abría la puerta de la barraca.

Sólo quedaban los más viejos, y fué para él una fortuna que hubiesen traído al amanecer la diaria provisión de pescado. Gracias á esto, los servidores pudieron preparar el caldero, y Gillespie, al cerrar la noche, encontró algo que comer, á pesar del abandono que notaba en torno á su persona. Pasó una gran parte de la noche de pie, mirando hacia la ciudad.

Comenzó a llegar la luz del alba. Debajo de la toldilla hacía un calor horrible; al amanecer, la abrimos para ventilarla un poco. No nos vigilaba nadie. Como no se sentía ningún movimiento en la cubierta, salimos Arraitz y yo para darnos cuenta de lo que pasaba.

En cuanto mi tío se halló libre del ataque al despertar del sueño, relativamente tranquilo, que yo le había velado desde el amanecer, y vio el cuarto alumbrado por la luz del día, aunque parda y melancólica, olvidóse de las mortales angustias que había sufrido pocas horas antes, y no tuvo ni declaró otro deseo que el de saltar de la cama para hacer la vida de costumbre.