United States or Marshall Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


A su lado estaba la mujer demacrada, pálida y huesuda que vimos en la buñolería algunos meses antes, y que había permanecido al lado de su ama, como uno de esos cortesanos de la desgracia que con menos mérito alardean de fidelidad en esferas más altas. A primera vista la mujer aquella parecía imagen de la Muerte esperando su presa.

El lo prometió solemnemente. Pensando en la falta de su cuñada, se repetía con frecuencia: «Del agua mansa me libre Dios, que de la corriente me libraré yo». Y desde entonces no sólo perdonaba a su mujer aquella ligereza y frivolidad, afición al lujo y carácter altanero que tanto le habían disgustado, sino que llegó a ver en estos defectos una garantía de su fidelidad.

Su entusiasmo por Gabriel, que databa de la niñez, su fidelidad de perro acompañante, le hacían caminar a saltos, aceptando de un golpe los ideales más lejanos. Yo soy lo que seas, Gabriel decía con firmeza . ¿No eres anarquista?

Las pequeñas guerras con los habitantes del Sur consumen solamente á los soldados, gente que por su fidelidad á la bandera española, lejos de ser un peligro, es precisamente uno de sus más sólidos sostenes. Queda el fomento de las enemistades de las provincias entre .

En la prosa de Cervantes, que pasa por ser modelo de sencillez y naturalidad, se encuentran muchas frases parecidas, de uso común y corriente, y Lope no hubiese representado con fidelidad las costumbres de su patria, si no hubiera incluído en sus dramas tales maneras de hablar.

En cuanto a la moral no había motivo alguno para dudar de la fidelidad de Elena, cuyo carácter inocente y afectuoso ella podía conocer mejor que nadie. Y por parte de Núñez bien podía estar segura de que era incapaz de faltar a las leyes de la caballerosidad. Gustavo tenía un temperamento burlón, le gustaba pasar por escéptico y original, pero en el fondo era el honor y la rectitud personificados.

Respecto a condiciones morales, era lo que el vulgo llama un bendito. Su fidelidad a Manuela, aun en la época de su juventud, rayó en lo increíble, y con los hijos se caía de puro bueno. Uno de sus mayores placeres consistía en que Leocadia le leyera los periódicos, cuyas noticias de la guerra comentaba, como hablando consigo mismo, mientras liaba los pitillos que había de fumar al día siguiente.

Culpábase a solas de su desatino, llamábase mal amigo y aun mal cristiano; hacía discursos y comparaciones entre él y Anselmo, y todos paraban en decir que más había sido la locura y confianza de Anselmo que su poca fidelidad, y que si así tuviera disculpa para con Dios como para con los hombres de lo que pensaba hacer, que no temiera pena por su culpa.

Ofreció de parte de los suyos venir con ocho cientos caballos, y dos mil infantes, y prestar juramento de fidelidad al general de los Catalanes.

En el juramento de fidelidad que hizo Berenguer disimuló su engaño, dando muestras de verdad y llaneza; pues habiendo de jurar que sería amigo de los amigos del Emperador, y enemigo de sus enemigos, exceptuó á Fadrique de los enemigos, porque decia que le habia jurado antes amistad.