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Difícil es poner en claro si ésta y Velázquez aceptaron el propósito de Pacheco sólo por obediencia, o si se unieron por amor, mas no es disparatada la suposición de que doña Juana se prendara de don Diego, cuya gallarda figura al tiempo de la boda, debía de ser muy semejante al retrato que él mismo se hizo en el cuadro famoso de Las lanzas.

Cerca de la altura en cuya cumbre estaba la Galería de la Industria, notó un movimiento extraordinario. Llegaban por diversas avenidas batallones de mujeres armadas con arcos y lanzas. Vió presentarse además un escuadrón de la Guardia gubernamental y numerosos destacamentos de la policía masculina y barbuda, que abandonaban la vigilancia de las calles para acudir á esta concentración guerrera.

Aquella era la casa de los Tumbagas de Almendrilla. Nada queda de las grandezas de tan ilustre raza, y aun se teme que por falta de puntualidad en satisfacer derechos de lanzas y medias anatas, haya caducado el título que ostentaron, y cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos.

De aquí que la imitación del natural en grandes composiciones al aire libre, se obtenga siempre no tan fielmente como en un recinto cerrado sino por aproximación, por equivalencias relativas; y en tal supuesto nadie ha llegado donde Velázquez en Las Lanzas.

Sus armas, de que usan, son lanzas y bolas, en lo que son muy diestros, y tienen sus coletos y sombreros de cuero de toro, que con dificultad le entra la lanza, y esta ha de ser de punta de espada: algunos usan cota de malla, pues se contaron hasta nueve.

442 Recorre luego la fila, frente a cada indio se para, lo amenaza cara a cara y, en su juria, aquel maldito acompaña con su grito el cimbrar de la tacuara. 443 Se vuelve aquello un incendio mas feo que la mesma guerra: entre una nube de tierra se hizo allí una mezcolanza de potros, indios y lanzas, con alaridos que aterran.

La duquesa de Delille estaba orgullosa de este edificio y su reducido jardín, ante cuyas verjas de lanzas doradas pasaba todo el París elegante. Miguel conocía sus salones sin haber estado nunca en ellos. Los periódicos ilustrados que se ocupan de modas y de la vida de los ricos llevaban publicadas muchas fotografías del interior de esta casa en Europa y en América.

Guerreros ambos de mucha nombradía, sus proezas los habían llevado á muy distintos países y campos de combate, sin darles hasta entonces la oportunidad de medirse cuerpo á cuerpo. Dióse la señal, y puestas las lanzas en los ristres arremetieron uno contra otro ambos combatientes, encontrándose con tremendo choque frente á la regia tribuna.

4 Y juzgará entre los gentiles, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra. 5 Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz del SE

Cuanto mayor era su repugnancia á satisfacer ese deseo de su futura, más grande se hacía el ardor con que ésta se empeñaba en imponérsele. Discutiendo el pro y el contra del escudo nobilario habían roto ya algunas lanzas y de esto vino todo el mal.