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Ambéres se sentia como estrangulada por sus murallas y fortificaciones, sin poder salir de su viejo carapacho de guerra, porque las necesidades sofísticas de la política exigian la subsistencia de ese elemento de defensa nacional.

Su tranquilidad de espíritu, su carencia absoluta de cuidados, de necesidades, de relaciones, de compromisos; despertaron en el deseo de cambiar de estado, probando por algún tiempo la inefable satisfacción que proporciona este eclipse de la personalidad, este verdadero sueño social. Es verdad, milord, que tan descomunal extravagancia no la he visto jamás en ningún inglés, ni en hombre nacido.

Librarse de las leyes naturales es la más elevada de las necesidades y el más noble de los esfuerzos: el mérito consiste en superar las dificultades. »No muchas veces, sino siempre, hay oposición entre las dos especies de leyes, y en esta vida no es posible suprimirla, porque sin el esfuerzo nada existiría. Esta es la mayor de las pruebas.

El chico se negó resueltamente á obedecerla, con lo cual quedaron las cosas en tal estado, salvo que Velázquez proveía ahora á sus necesidades y no pocas veces también á sus vicios. Cayó al fin sobre éste un cuidado más grave que los anteriores y mucho más riguroso.

Un número muy pequeño me quedé asustado poseían ese raro, absoluto e indudable carácter, en el cual se reconoce toda una creación divina y humana, de poder ser imitada pero no suplida y de hacer falta a las necesidades de las gentes si se la supone ausente.

Consta en el mismo pergamino la fundación del Hospital nombrándose entre sus administradores al Cabildo de la Ciudad, cuya designación dejó sin efecto el Arcediano por su codicilo, que sigue al mismo testamento, otorgado en 14 de Julio de 1404, en el que instituyó como único administrador al mencionado Cabildo Eclesiástico, que desde el siglo XIV ha venido cumpliendo con la voluntad del testador; si bien las necesidades de los tiempos han obligado á alterar la forma de los socorros que se dispensan á los acogidos.

Las necesidades morales de Ambrosio son perfectamente nulas. Tiene mujer é hijos, pero ni remotamente le ha preocupado su porvenir.

Y ¿qué valía este sacrificio comparado con los que tendría que hacer después? ¡Adelante, y con los ojos cerrados, que para otras empresas mayores y más negras los había cerrado también! Todo cuanto tenía que prevenir y encarecer sobre el carácter y necesidades de la educanda, se lo había prevenido y encarecido ya cien veces a la señora bajo cuya dirección, amparo y vigilancia iba a ponerse Luz.

Juan de la Cueva viene á decir, que el haberse mudado las leyes de la comedia, no proviene de que falte en España instrucción ni talento suficiente para seguir tan antigua senda; sino que, al contrario, los españoles intentaron ajustar esas reglas á las distintas necesidades de su época, y sacudieron la traba de encerrar tantos sucesos diversos en el espacio de un día, pues sin rebajar á los antiguos poetas, y á los griegos y romanos, sus imitadores, sin despreciar lo mucho bueno, que hicieron, se debe confesar sin embargo, que sus comedias son cansadas, y no tan interesantes é ingeniosas como debieran; y de aquí, que cuando se aumentaron los talentos, mejoraron las artes, y se imprimió en todo más vasta forma, se abandonó también el antiguo estilo, prefiriéndole otro nuevo y más adecuado á su época, como hizo Juan de Malara en sus tragedias, separándose algo del rigorismo de las antiguas reglas, aunque no falten quienes sostengan que el mismo La Cueva traspasó los límites de la comedia, ofreciendo juntos en el teatro reyes, dioses y viles personajes, suprimiendo un acto de los cinco, y convirtiéndolos en jornadas.

Me agradecía el habérselo hecho conocer y me decía la buena opinión que de él había formado: que era todo voluntad, todo rectitud, todo noble energía, y me daba a entender que, aparte necesidades del corazón, jamás encontraría en nadie más firme ni mejor apoyo. En aquella misma carta, firmada con su nombre nada más, me enviaba afectuosos recuerdos de su marido.