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Hiciéronle al principio buen semblante los bárbaros y con muestras de alegría fingieron querer estar á lo prometido; y en señal de eso, se encaminaron con él hacia el sitio señalado, encubriendo entre tanto en el corazón su premeditada alevosía, y por muchos días fueron entreteniendo con buenas palabras al hermano que procuraba, con todas las finezas de su gran caridad, ganarles las voluntades con beneficios.

Por la noche se doblaron los cuidados y precauciones de seguridad para evitar una sorpresa; pero los rebeldes abandonaron el sitio y dejaron solo un trozo que disimulase su retirada: para cohonestar mejor su verdadera intencion, los que se mantenian á la vista usaron la cautela de hacer algunas proposiciones á los eclesiásticos que se pusieron á su inmediacion para parlamentarlos, pidiéndoles de nuevo se le entregase la persona del corregidor Orellana, y se publicase el bando que remitieron, mandado observar por el traidor José Gabriel Tupac-Amaru, entreteniendo parte de la mañana siguiente con estas y otras estratagemas, algo mas sutiles y advertidas, que lo que regularmente se cree de una nacion reputada por humilde y poco instruida, hasta que desaparecieron todos en busca de los primeros que desistieron del empeño.

No tenía yo, descuidado madrileño, juicio formado sobre esos males nuevos y esas nubes negras, a pesar de haber soñado con la mitad de ello la noche antes como en profecía de lo que había de pintarme Neluco al día siguiente; pero recordando vaguedades y lugares comunes que a propósito de tan delicada materia había leído muchas veces maquinalmente en los periódicos u oído sin atención en conversaciones de café, y uniéndolo todo a lo dicho por Neluco y a lo que, durante un buen rato, continuó diciéndome todavía, y, sobre todo, por la complacencia que yo sentía en engrandecer más y más la idea que me había formado del caballero de la torre, acepté de buena gana todos los pareceres del médico, y así fuimos entreteniendo la subida de la sierra, primera parte de nuestra larga jornada.

Parecía imposible que éste soportase las travesuras del estudiante, que traía revuelta toda la casa, persiguiendo a las criadas, entreteniendo con chistes a los tejedores e introduciendo algunas veces en su cuarto ciertos compañeros de Facultad tan levantiscos como él, que al menor descuido saqueaban la despensa, y cuando no, hacían temblar los viejos pavimentos del caserón ensayándose a saltos en el manejo de la pandereta.

La Gloriosa Ocurrió poco después en España un suceso que entretuvo a la nación siete años cabales, y aún la está entreteniendo de rechazo y en sus consecuencias, a saber: que en vez de los pronunciamientos chicos acostumbrados, se realizó otro muy grande, llamado Revolución de Setiembre de 1868. Quedose España al pronto sin saber lo que le pasaba y como quien ve visiones.

Díjele en qué me estaba entreteniendo desde que me había levantado y lo que llevaba visto ya, y me replicó, agarrándome por un brazo al mismo tiempo y tirando de hacia los carrejos interiores: ¡Por vida del ocho de copas, hombre!... Pues, mira, en parte me alegro de que hayas empezado por donde empezaste: así te queda lo mejor para lo último... ¡Ven acá, ven acá!

Sus gestos y sus palabras evocaron en la memoria de Ulises la imagen de la doctora increpando á la tierra italiana desde una ventanilla del vagón el primer día en que se hablaron. Estaban las dos mujeres en Nápoles, entreteniendo su inútil espera con viajes á las poblaciones cercanas, cuando encontraron al marino.

Y a medida que el tiempo se deslizaba, el requemado indiano se iba derritiendo más y más en halagos, entreteniendo su vergonzosa sensualidad. Pero llegó un instante en que la hoguera creció de tal modo que fue preciso alimentarla arrojándola combustible o apagarla de pronto, so pena de abrasarse vivo en ella. Y optó por lo primero.

Este trabajo era su único medio de existencia fijo y ordenado. El dinero de una traducción representaba la comida, al anochecer, en una taberna frecuentada por las gentes del «oficio», periodistas de escaso sueldo, jóvenes de abundosas melenas y suelta corbata, que hablaban mal de todos, entreteniendo así la espera impaciente de una hora de celebridad.

La policía, más lista que ellos, estaba ya registrando los objetos de la pertenencia de Ovejero, entreteniendo así su espera hasta que se presentase el culpable. Hay que huir, hermano volvió á aconsejar el amigo. Juzgaba peligrosa, después de esto, la ruta más corta que conduce á la provincia de Copiapó en la vecina República de Chile.