United States or India ? Vote for the TOP Country of the Week !


D. Gabriel es un chiquilicuatro sin fundamento, y mi amiga haría muy bien en ponerle una calza al pie. ¿Qué es eso de mirar a las chicas bonitas? ¿Hase visto mayor desvergüenza? Un barbilindo que debiera estar en la escuela o cosido a las faldas de alguna persona sentada y de libras que fuera un almacén de buenos consejos... ¿cómo se entiende?

Entró a la librería y, al mirar los volúmenes amontonados sobre el suelo y las gafas de asta marcando la página de un infolio, para continuar otro día la lectura; al ver, colgada de un clavo, la calza amarilla, donde el anciano guardaba los pinceles con que pintaba los rótulos; y más allá, hacia un rincón, el taburete para la pierna gotosa, ennegrecido por la grasa de los ungüentos, sintió en su espíritu una profunda tristeza.

El fino y gentil brasileño, dirigiéndose alternativamente a la niña y al grupo, repetía: «Obrigado, muito obrigado...». Pasó un señor muy elegante, con traje gris, galera gris, polainas blancas, muy expresivo en sus ademanes y gestos. «¿Quién espregunté a mi marido. El Payo. ¿El payo Roqué? El mismo que viste y calza. Viste y calza muy bien. Evoqué recuerdos de mi infancia, ya un poco lejana.

El resto del traje usado entonces por los capitanes y caballeros de cuenta era calza entera escarlata, justillo de raso, sobre cuerpo sin mangas con vueltas ó ribetes de color, que no llegaba á la rodilla; botas más altas que ésta y gorra con vueltas que podía bajarse y cubrir las orejas, algo semejante á las monteras que gastan los murcianos.

Vaya, me ha dicho don Pedro, mi principal, que suba usted mañana con su tío, que tiene que hablar con ustedes. ¿Para qué? Para saber si quiere usted ser cómica. ¡Yo artista! exclamó Cristeta con indefinible sorpresa. La misma que viste y calza. Es usted joven, guapa, tiene talento, voz, afición. Lo que es afición que tengo. Bueno, pues con estudiar un poco... En fin, suban ustedes mañana.

Miró fijamente al herido y por fin exclamó con acento que revelaba su profundo regocijo: ¡Bertrán Duguesclín! El mismo que viste y calza, replicó el otro riéndose. Bien hice, á fe mía, en ocultar el rostro allá en Burdeos, pues quien lo ve una vez jamás lo olvida. Yo soy, señor de Morel, y aquí mi mano, que jamás estrechará otras manos inglesas que la vuestra y la de Chandos.

... ya , del duque de Uceda. ¿Pero cómo el duque de Uceda...? El duque, viste, calza, da joyas y dinero; á más envía todas las mañanas á uno de sus criados con un cestón lleno de lo mejor que se vende en los mercados, para doña Ana de Acuña. ¡Ta! ¡ta! ¡ta! ¿Doña Ana de Acuña se llama la que vive en esa casa? por cierto. ¿Y es querida del duque de Uceda?

La calza muy ceñida, de elástico punto de seda, hacía que luciesen las bien modeladas formas de sus ágiles piernas musculosas a par que enjutas. Muy lindo gabán colgaba airosamente de sus hombros.

El Delfín, que fue desmejoradillo, no tardó en reponerse, recobrando su buen color, su palabra jovial y la plenitud de sus carnes. La mamá se la tenía guardada. Esperaba ocasión propicia, y en cuanto esta llegó supo acometer la empresa aquella de la calza, como persona lista y conocedora de las mañas del ave que era preciso aprisionar.

Después del almuerzo, se calza sus botas de caña, alisa su sombrero de copa y se va muy despacio hasta la calle de los Capellistas, al escritorio en planta baja del corredor Godinho, donde pasa dos horas sentado junto a la ventana, con las velludas manos apoyadas en el puño del quitasol.