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Agitadas de neurosis, exasperadas de lujuria, como diablos súcubos se dejan poseer por don Juan, y apenas poseídas, se truecan en pelados y mal olientes esqueletos. Gasas, tisúes y rasos quedan desfilachados y en jirones, flotando sobre las osamentas. En derredor de las vértebras cervicales caen desgranados y sueltos los collares. De los cúbitos penden los brazaletes rotos.

Faltábame conocer, entre lo que no debía de serme desconocido en aquella vasta y montaraz comarca, la salida del valle por la cuenca del río hasta su desembocadura, con lo cual habría completado yo la travesía del espinazo de la cordillera cantábrica por una de sus vértebras más considerables; y como cabalmente en aquellos días estaba yo en vena de exploraciones y correteos, aunque, bien lo sabe Dios, más que por ansias de la curiosidad, por miedo a la inacción enervadora enfrente del temible enemigo, cabalgué una mañana muy temprano en el peludo jamelgo que tan sesudamente me habían traído y llevado por las escabrosidades más peligrosas de la montaña, y, de propio y deliberado intento, solo y sin otro guía que el instinto y la larga experiencia del honrado cuadrúpedo, más unos informes que me habían suministrado de palabra la noche antes en la tertulia de mi tío; atravesé el ruinoso puente que une las dos orillas del Nansa a corto trecho de la casona, y emprendí la marcha siguiendo la bien trillada senda que culebrea por la ladera del cerro, acompañándome el continuo rumor de las invisibles aguas corriendo en el fondo del sombrío cauce a muchas varas bajo mis pies.

El tortícolis, el lumbago y los dolores reumáticos, situados en las articulaciones de las vértebras, así como tambien los dolores reumáticos blenorrágicos, que se presentan por la noche y desaparecen por el dia, son propios del cólchico.

Miriadas de trabajadores microscópicos laborarán el esqueleto, limpiándolo de las últimas impurezas adheridas á su andamiaje, desmontando las sabias articulaciones, raspando el cemento que adhiere las vértebras. Un día, la mandíbula inferior se despegará, rodando hasta la cavidad abdominal, una mandíbula cuyos dientes conocieron el esplendor de la sonrisa y la caricia del beso.

Miradles sucederse, desde tiempos remotísimos, trabados como vértebras y traspasándose unos a otros ese tuétano de la honra que agora se alberga en vos mesmo. Ramiro sintió un calofrío. Era la virtud habitual de aquel vocablo que acababa de pronunciar el canónigo: ¡la honra!

Tras de la visita al Tesoro venía la exhibición del Ochavo, la capilla octogonal de mármoles obscuros: panteón de reliquias donde los despojos humanos más repugnantes, las calaveras de horrible risa, los brazos momificados y las vértebras cariadas se mostraban en vasos de plata y oro.

Tuvo que forcejear contra una cosa dura que crujía, enviándole al rostro un caño de sangre. Luego, al serenarse, vió que había metido el arma por la boca de su adversario, rompiéndole las vértebras. Conocía también el revólver, pero no era tirador.

El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vió la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de plano, dislocándole las vértebras. El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló.

Dentro de la gruta negra todo era blanco; parecía que habían metido en aquella oquedad los huesos de un megaterio grande como una montaña; unas rocas tenían figura de tibias y metacarpos, de vértebras y esfenoides; otras parecían agujas solitarias, obeliscos, chimeneas, pedestales sobre los que se adivinaba el perfil de un hombre y de un pájaro; otras, roídas, tenían el aspecto de verdaderos encajes de piedra formados por el mar.

Lionel, que admiraba las hembras de su talla, tenía que trabajar con muñecas que apenas le pasaban del codo, mujeres «de bolsillo», que podía meter en cualquiera abertura de su traje. A su esposa, la esbelta y fuerte Mina, la besaba de frente, sin necesidad de bajar la cabeza y doblar las vértebras.