United States or Ecuador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y sin poder evitarlo, empieza a agarrarse con mano nerviosa a su amiga y a dejar salir de su boca exclamaciones de angustia y terror. ¡Ay, Dios mío, vamos a perecer; vamos a perecer! No pasa nada; tranquilízate, Rosario.

Perdone usted, caballero; yo pensaba... no quería irme sin saber... Gracias por tu cuidado. Pero tranquilízate: yo estoy aquí para asistirla. Puedes irte cuando quieras. ¡Adiós! ¡Hasta la vista! ¡Adiós! repitió el doctor lanzándole una mirada glacial. Después empujó la puerta, que volvió a cerrarse en seguida. Amaury quedó como clavado en el sitio en que estaba, inmóvil y como aturdido.

¡Tranquilízate, hija mía! dice Martín acariciándole los cabellos. Si no se tratase más que de tu pie no sería un gran mal. Pero tus lágrimas, tu agitación... Creo que la enfermedad te dura todavía y el reposo te hará bien. ¡Si no se necesitara tanto tiempo para ir a buscar el carruaje!

«No, eres la que tienes que probar que lo has parido... Pero no pienses locuras, y tranquilízate ahora, que mañana hablaremos». ¡Ay, mamá! dijo la nuera enterneciéndose . ¡Si usted le viera...! Barbarita, que ya tenía la mano en el llamador de la puerta para marcharse, volvió junto a su nuera para decirle: «¿Pero se parece?... ¿Estás segura de que se parece?...». ¿Quiere usted verlo?, o no.

Carlota, acercándose a Rivera, le preguntó al fin en voz baja y temblorosa: ¿Ha hecho resistencia? Nada. Queda muy contento. Tranquilízate. El director nos ha asegurado que no tardará mucho tiempo en volver sano a su casa. Mario se había quedado atrás y contemplaba abstraído la puesta del sol. El cielo estaba azul. Sus profundidades se extendían sin nubes sobre su cabeza.

La perspectiva de recibir buscando medio seguro una carta suya, le infundió ánimo, y arrojando el periódico sobre el velador de la trastienda, dijo a su mujer: ¡Tranquilízate! Esa infeliz no está en Madrid... Ahora mismo me largo a respirar un rato a gusto, lejos de ti... ¡fiera! Y sin esperar respuesta, se calzó y salió.

Y, además amigo mío, aun cuando se me probase que Luciana ha querido ante todo asegurarse una posición y un marido de buena voluntad, y que había usado de astucia para pescarme en el anzuelo de su belleza, sería ya tarde para desdecirme, pues he dado mi palabra. Pero tranquilízate; me ama y me prefiere a todos los que la asedian con sus adulaciones. De otro modo, ¿por qué me había de escoger?

Tranquilízate, sal de aquí, con quedarte no le devolverás la vida. El joven prorrumpió en una risa tan estridente y tan siniestra, que su padre se estremeció hasta la médula de los huesos. Su estupor acababa de disiparse de improviso; saltó con los ojos brillantes, e hinchadas las venas de las sienes. ¿Dónde está mi madre? gritó avanzando hacia el anciano. Este trató de calmarlo.

Vamos, tranquilízate, «mon cher» le dijo el gascón. ¿Te han aterrorizado las ratas del sótano? En mi tiempo, los jóvenes eran más animosos. Cuando yo tenía quince años... Dejad vuestra historia para otro momento, vizconde, si os place. Ahora beberemos interrumpió con serena autoridad don Fernando. Tenéis razón, querido consuegro. Bebamos a la salud del último duque de Sandoval.

¡Usted! exclamó Amaury al ver al doctor, pues no era otro el que había pronunciado las anteriores palabras, después de haber asistido a la escena antes descrita, oculto tras de la puerta. No trataba de reprochar su conducta a Magdalena; era sólo una pregunta que a mismo me dirigía, temiendo haber sido causa de su enfado. Tranquilízate, Amaury; ni ni Antoñita tienen culpa de nada.