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Watson, indeciso entre su timidez y el deseo de ver á Celinda, se había ido aproximando á la estancia; pero al llegar á cualquiera de las tranqueras que cerraban la cerca de alambres permanecía indeciso. ¿Cómo explicar su presencia dentro de la propiedad de Rojas, cuando Flor de Río Negro le había ordenado rencorosamente que no volviese más? La vista de una tranquera abierta le infundió ánimo.

Decía esto con tanto brío y denuedo, que infundió un terrible temor en los que le acometían; y, así por esto como por las persuasiones del ventero, le dejaron de tirar, y él dejó retirar a los heridos y tornó a la vela de sus armas con la misma quietud y sosiego que primero.

¡Mardita sea! Pero lo que yo digo: ¡si esto es pior que la Inquisisión! ¡Si esta pobre mujer quié ver a su marío! Don Carmelo intentó disuadir a la familia. Al día siguiente verían al enfermo... si es que estaba mejor. Por el momento era imposible. Les infundió tranquilidad y confianza, acostumbrado como estaba al trato de la muchedumbre emigrante.

Este orgullo le infundió un valor absurdo, inverosímil, como si fuese un ser gigantesco procedente de otro planeta y toda la humanidad que le rodeaba un simple hormiguero que podía borrar con los pies. ¡Que viniesen los enemigos!

Porque, salvación aparte, vamos á hacer con usted un viaje admirable. Y como pasaremos nuestro tiempo en penetrarnos de su inocencia, tendremos una completa seguridad de espíritu. Marenval, con su buen sentido, infundió calma en los ánimos ya muy exaltados de los dos jóvenes y les volvió al equilibrio recordándoles la justa noción del tiempo y de las cosas.

El júbilo por tan dichoso hallazgo infundió el deseo de celebrarlo con todas veras y estrépito, y así a los pocos instantes se escuchaban doquier en la algazara más bulliciosa del mundo los gritos regocijados, los acentos de los vivas y los ecos de los instrumentos.

Aun no bien se supo estaban acampados los indios en aquel cerro, proyectando el asalto de la ciudad, se infundió en todos sus vecinos la generosa resolucion de defenderse, hasta derramar la última gota de sangre: y porque fuesen iguales el valor y la precaucion, ganando los instantes, se colocaron puestos avanzados para observar desde mas cerca los movimientos del enemigo, y cortando las calles con tapias de adobes, que impropiamente han llamado trincheras, se destacaron algunas compañias de milicianos para que guarnecieran sus extramuros.

Al fin volvió Dios los ojos de su piedad al V. Padre, que por tan largo tiempo, en hambre, sed, pobreza y tantos trabajos, había sido su fidelísimo siervo, y penetrándole lo íntimo del alma con un rayo de luz, esclareció aquella densa niebla, que antes le tenía en oscuridad y tinieblas, y le infundió tal valor y aliento en el espíritu, que vencida del primer lance la carne, dijo con gran denuedo: « Que por sentir tanta repugnancia quería, á pesar suyo, poner manos á la obra

El recuerdo del país natal le infundió un candoroso entusiasmo, y allí fue el pintarlo y describirlo con hipérboles graciosas, y un colorido poético que con gran entretenimiento y gozo saborearon las tres mujeres. Incitado por ellas, contó algunos pasajes de su vida, toda llena de estupendos casos, peligrosas empresas y fantásticas aventuras.

Creo que esta irrupción de Jacobo infundió alguna reserva en los demás pasajeros, particularmente en los que procuraban hacerse más agradables al bello sexo. Inmediatamente uno de ellos se inclinó hacia la señora del velo, y al parecer la informó con un solo epíteto de la profesión de don Jacobo.