United States or Tuvalu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al oír estas palabras se dibujó una imperceptible sonrisa bajo el fino bigote del joven. ¡Bah! Cálmese usted, hija mía, y espere para contarme eso a que estemos libres de oídos indiscretos. La carretera no es realmente el lugar más a propósito para las confidencias.

Y también pensaba que soy merecedor de que usted no me trate así, don Melchor. ¡Pero qué pretende usted?... ¿Qué se ha figurado? exclamó Melchor parándose un instante frente a Baldomero en actitud amenazante. Cálmese, don Melchor, si yo no le falto... yo respetar a la gente... pero estos señores parece que se van a ir con mala impresión... ¡Mejor para ellos!

Siéntese, pater, y cálmese y escancie otra copita, que Fray Diego de Areces no es más que un cazuela. El capellán se serenó repentinamente, vertió delicadamente el licor en las dos copas y apuró la suya con deleite, después de lo cual dejó caer la cabeza sobre el pecho, los párpados se le bajaron y se puso a dormitar.

Pues él tampoco... ¡el muy soplao, el muy...! La culpa tengo yo que me rebajo a endividos tan... disinificantes». Cálmese usted, Sr. Pepe indicó Jacinta, sintiéndose fuerte en compañía de su amiga.

Además, recordando el diálogo con Pateta, desconfió de la veracidad del cura. Pero éste, sin alterarse, prosiguió: Cálmese Vd. señorita, y óigame con cachaza, que el asunto la interesa: Pepe no es lo que parece. ¿Quiere Vd. que en pocas palabras la diga lo que ocurre? ¡Me está Vd. haciendo mucho daño!... Pero Vd. no me cree, y es necesario que yo la persuada. Escuche Vd. y tenga un poco de valor.

Pero cálmese usted, pobre hombre se atrevió a expresar Jacinta . A nosotros no nos importa que su mujer de usted sea lo que quiera. ¡Que no les importa!... replicó Ido con entonación trágica de actor de la legua . Ya que estas cosas a nadie le importan más que a , al esposo ultrajado, al hombre que sabe poner su honor por encima de todas las cosas.

Este se esquivó prontamente, juzgando que su capitán no estaba aún en una situación de espíritu bastante apacible para soportar pacientemente sus eternas contradicciones. Cálmese, Kernok dijo tímidamente Melia . ¿Cómo se encuentra usted ahora? Muy bien, muy bien. Estas dos horas de sueño han bastado para calmarme y desechar las ideas tontas que esa maldita bruja me había metido en la cabeza.

Jacintito de amarillo se puso rojo, y de rojo, amarillo otra vez, porque el vozarrón del italiano se oía como un trompetazo, y la gente se volvía, con curiosidad. Cálmese usted, no tiene usted derecho de tratarme así; cuando yo le digo que para junio... Si usted no puede responder, responderá su padre. ¿Mi padre? imposible; está agobiado de compromisos.

¡Cómo no he de estarlo, señora! ¡Cómo no he de estarlo si lo que me pasa a !... exclamó el joven apretando las rodillas con sus manos crispadas. ¿Pero qué le pasa, criatura? preguntó la señora con una entonación que decía bien claro que lo sabía. Ya que soy un indigno gusano... ¡Dale! ¡Cálmese usted, Timoteo, cálmese!

Señora dijo, se da usted una pena inmensa por simples quimeras... Cálmese... Fíe en mi buena amistad y en mi delicadeza. Me portaré de manera que no haya de verse turbada su tranquilidad... Le prometo abreviar todo lo posible mi estancia en Val-Clavin.