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Sentía la necesidad de convencerse á misma de que aún guardaba su antiguo poder de seducción, trastornando la existencia del joven ingeniero... Y ahora debía sufrir cruelmente en su vanidad, al verse despreciada por el único hombre que había llegado á interesarle en este desierto. Robledo acabó por compadecer á la esposa de Torrebianca con una conmiseración algo despectiva.

Pero al levantar los ojos, se encontró con los de Fermín, que le contemplaban asombrados, como preguntándole cuándo llegaría el momento en que cesara de pedir compasión para él y empezase a compadecer a su dependiente. ¿Y preguntó qué crees que puedo hacer en esto?... Montenegro desechó toda timidez para contestar a su jefe. Si él supiera qué hacer no habría venido a molestar a don Pablo.

Las luchas, las alegrías, los dolores de estos pobres diablos que nos movemos por la tierra, ¡qué valor tienen, qué significan ante la paz augusta de los cielos! Para ellos lo mismo pesa la caída de un imperio que la de una hoja, lo mismo suena el suspiro de una niña enamorada que el estertor de un moribundo. «La naturaleza es sorda dijo el gran Leopardi y no sabe compadecer

Pero debemos compadecer y amar á los pecadores, aunque éstos sean de los más empedernidos y rebeldes. ¿Pero qué ha hecho? repitió Clara, haciendo un gran esfuerzo para disimular su turbación. No lo punto por punto; pero son cosas tan horribles.... Ha hecho lo que otros tantos desvergonzados que andan por ahí. Esta sociedad está perdida.

Juntáronse los Capitanes con harta confusion y sentimiento á tratar de su remedio. Estaban en un estado tan lastimoso, que aun los mismos enemigos se podian compadecer de su miseria.

Jacinta no sabía a quién compadecer más, si a Nicanora por ser como era, o a su marido por creerla Venus cuando se electrizaba. Ido estaba muy cohibido delante de las dos damas. Como la silla en que doña Guillermina se sentó empezase a exhalar ciertos quejidos y a hacer desperezos, anunciando quizás que se iba a deshacer, D. José salió corriendo a traer una de la vecindad.

Todo esto lo aprobaba Pez con frase no ya decidida sino vehemente, y llegó a indignarse, increpando duramente a su amigo por mezquindad tan contraria a las exigencias sociales... «Ese hombre no conoce que su propia dignidad, que su propio decoro, que su propio interés... ¿Cómo ha de hacer carrera un hombre semejante, un hombre que así discurre, un hombre que de este modo procede?...». Rosalía se extendió aún más en el terreno de las confidencias, no callando las agonías que pasaba para ocultar a Bringas las pequeñas compras que se veía obligada a hacer... «A veces, no sabe usted lo que padezco; tengo que mentir, tengo que inventar historias...». Tan caballero era Pez y tan noble, que después de compadecer a su amiga con toda el alma, se brindó a prestarle su desinteresada ayuda si por las incalificables sordideces de Bringas se veía ella en cualquier situación difícil... «O hay amistad entre los dos, o no la hay; o hay franqueza, o no.

Un día en un rapto de expansión le dijo á su abuela: «Abuela, ¿conoce usted el país donde florecen los limoneros, lo conoce usted? ¡Ay, allí quisiera que usted me llevasePor cierto que la tía Basilisa en vez de compadecer á aquel Mignon de montera y calzón corto le respondió alzando el garabato sobre su cabeza y diciéndole que donde le iba á llevar era á la cuadra «por burro y por holgazán».

Todo París se ocupaba hacía algún tiempo de la intimidad de Pierrepont con la joven baronesa de Grèbe, y en cuanto al barón, enteramente domado, fascinado e hipnotizado por su mujer, había concluído por formar parte de la numerosísima cohorte de maridos de que rebosa el mundo y de los cuales no sabe uno si compadecer la ceguera o admirar la complacencia.

Si querían ver incomodadas a Felisa y Belén, no había más que hablarles de volver al mundo. ¡De buena se habían librado! Allí estaban tan ricamente, y no se acordaban de lo que dejaron atrás más que para compadecer a las infelices que aún seguían entre las uñas del demonio. No había en toda la casa, salvo las monjas, otras más rezonas. Si las dejaran, no saldrían de la capilla en todo el día.