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Cuando recibió la carta del doctor Le Bris la releyó dos o tres veces sin comprenderla. Si la duquesa hubiera estado allí, le habría rogado que se la leyese y se la explicase. Pero rompió el sobre cuando ya había salido para dirigirse a toda prisa a la calle del Circo y no quiso desandar lo andado.

Y el sombrero del príncipe rodó de escalón en escalón, bajo un golpe de aquellas manos finas que se defendían á ciegas. Este incidente le devolvió su serenidad. ; efectivamente, era ridículo. Y como viese en Alicia la intención de desandar el camino, volviendo á los jardines, Miguel, para inspirarle confianza, corrió escalera abajo, sin volver la cabeza, sin preocuparse de si ella le seguía.

Otra vez el oficial encargado de guiarles se puso á la cabeza de la fila y empezaron á desandar el camino tortuoso y resbaladizo. El señor Desnoyers marchaba con la cabeza baja, colérico por esta intervención del enemigo que había cortado su dicha. Ante sus ojos revoloteaba la mirada de Julio, su barba negra y rizosa, que era para él la mayor novedad del viaje.

Habían intentado establecerlo las religiones. Pero la religión había fracasado, estaba moribunda, y sólo la ciencia podía imponerlo al porvenir. Debían desandar lo andado, ya que la humanidad marchaba por un camino de perdición: era forzoso volver al punto de partida.

Vuelta a desandar lo andado. Hallaron en el corredor una puertecita estrecha, y por ella entró el criado seguido del clérigo, subiendo por una escalera de caracol más oscura y más sucia aún que el resto de la casa. Cuando iban hacia el medio, el P. Gil oyó en lo alto una tosecilla seca que volvió a apretarle el corazón de temor.

En demanda del Rio de la Plata Se leva de este puerto que he contado La flota; mas el sur ya se desata Con un furor terrible acelerado: Y viendo que este viento desbarata, Y hace desandar lo que está andado, Procura de tomar puerto la flota, Con fin de desistir de su derrota.

Era ya bien corrida la una de la tarde cuando volví a cabalgar. Repasé el puente, y sin dirigir la vista al camino real que dejaba a mi izquierda, comencé a desandar aguas arriba lo que había andado por la mañana aguas abajo. Al llegar a Robacío, vi que me esperaba en la brañuca contigua a la portalada de marras, toda la familia de la casona aquélla, con el padre en primer término.

Le es indispensable la vista perspicaz del lince, para conocer en la cara del que ha de disponer, lo que él debe poner; el oído del jabalí para barruntar el runrún de la asonada; se ha de hacer, como el topo, el mortecino, mientras pasa la tormenta; ha de saber andar cuando va delante con el paso de la tortuga, tan menudo y lento que nadie se lo note, que no hay cosa que más espante que el ver andar al periodista; ha de saber, como el cangrejo, desandar lo andado, cuando lo ha andado demás, y como esas veces ha de irse sesgando por entre las matas a guisa de serpiente; ha de mudar de camisa en tiempo y lugar como la culebra; ha de tener cabeza fuerte como el buey, y cierta amable inconsecuencia con la mujer; ha de estar en contínua atalaya como el ciervo, y dispuesto como la sanguijuela a recibir el tijeretazo del mismo a quien salva la vida; ha de ser, como el músico, inteligente en las fugas, y no ha de cantar de contralto más que escriba con trabajo; y a todo, en fin, ha de poner cara de risa como la mona.

Calló Salvatierra, y viendo que oscurecía, dio una vuelta, comenzando a desandar el camino. Jerez, como una gran mancha negra, recortaba las líneas de sus torres y tejados sobre el último resplandor del crepúsculo, mientras abajo perforaban su oscuridad las rojas estrellas del alumbrado. Los dos hombres vieron marcarse sus sombras sobre la blanca superficie del camino.

Dióle las señas de éste como pudo; y los expedicionarios tuvieron que desandar parte de lo andado, trepar por un escarpado, y subir a la meseta de una montaña, donde hallaron al Mayorazgo presidiendo la roturación de un gran terreno que acababa de adquirir en aquellas alturas. Era hombre joven todavía y de rostro desengañado. No mostró gran curiosidad al verse acometido por el pequeño escuadrón.