United States or Egypt ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al fin iba a realizar sus deseos; ya tenía medio formada su partida de bridge. Había conquistado en el salón a la madre de Nélida, y creía poder contar igualmente con Mrs. Power. A pesar de esto, volvió a repetir, con una tenacidad de maniático: ¡Qué extraño que usted no sepa, señor! ¡Un juego tan distinguido!...

Descansa un tanto y después te llamaré para que me des noticias de lo que en Francia ocurre. Hasta aquí han llegado rumores de que antes de terminar el año ondearán nuestras banderas al sur de las grandes montañas de la frontera española. Mucho se hablaba de ello en Burdeos á mi partida, repuso Simón, y á fe que los armeros trabajaban sin descanso y que llegar buen número de soldados.

Dia 29. Llegó la partida, y con ella el teniente Macedo, quien dió la noticia habia llegado á los toldos de los indios enemigos, quienes habian hecho una precipitada fuga, luego que nos sintieron esa noche, por cuyo motivo se vió precisada nuestra indiada á pasar el rio de esta banda donde nosotros estabamos.

Su marido era bretón; pero estos detalles vendrán á su tiempo... Hasta mañana, Máximo, ¡valor!... ¡Ah! olvidaba... El jueves por la mañana antes de mi partida hice una cosa que no le será desagradable.

Si la fotografía representaba á Jenny Hawkins, tal como la había visto en San Francisco, la partida se perdía y habría que creer en una semejanza sorprendente entre la cantante y Lea Peralli. Pero si no era Jenny... Miró de repente el retrato y lanzó un grito: ¡No es Jenny Hawkins! ¡Vamos, caballero, dijo Campistrón con una sonrisa de condescendencia, usted bromea!

Adivinad... El Príncipe Romanelli... ¡Y va uno! ¿El otro?... M. de Montessan... ¡Y van dos! Eso es; , esos dos serían aceptables, pero nada, nada más que aceptables, y eso no basta. Por eso Bettina esperaba con impaciencia el día de la partida y la instalación en Longueval. Sentíase fatigada de tantos placeres, de tantos triunfos, de tantos pedidos matrimoniales.

¡Y yo exclamó Antonia, aquí en esta casa desierta me quedo con mi hermana... y con el remordimiento de mi amor! agregó separándose de la ventana para no ver la partida de los coches y con la mano puesta sobre el corazón como queriendo amortiguar sus latidos. «Lille, 16 de septiembre.

Viendo la perplejidad en que quedabamos, determinò dicho Comandante enviar otra partida y con ella al teniente D. Francisco Macedo, con un soldado, llamado Lorenzo Barrio-nuevo, para que trajesen razon cierta de los enemigos: en cuyo intermedio fueron pasando todos los indios amigos á la otra banda del rio, aunque con grandísimo trabajo, á causa de haberse levantado un gran viento que causaba bastantes olas en dicho rio.

A las tres de la tarde llegó la partida dicha, diciendo se podia transitar. Dia 25. A las seis emprendimos la marcha á dichas sierras: á las diez y media se hizo alto en una lagunita accidental. A las dos y media continuamos lo mismo hasta las seis y media, que paramos en otra laguna como la dicha.

Uno de la partida le dió el alto y le hizo descender de las sublimidades amatorio-musicales en que se hallaba sumido, presentándole el sencillo dilema de recibir una paliza o de venirse con nosotros. José Cacochipi, por muy aficionado que sea a la música, no ha querido que solfeen sobre él y ya hace un mes que está en la partida.