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Otra cosa, de las que enojaban algo a Poldy, era la presencia en la fotografía de aquellas tres bayaderas tan ligeramente vestidas y tan poco modestas y comedidas en sus bailes. Pero también Poldy se mostraba indulgente con este desafuero del indio, y si no le disculpaba, le explicaba y casi le perdonaba.

Cuando llegamos a la estación de Doncaster, a la cual nos dirigimos desde Londres sin parar, tomamos una volanta y nos encaminamos por el ancho camino real, cubierto de nieve, que atraviesa por Benttey, recorriendo unas seis millas o más, hasta que, después de orillar el parque de Owston, nos encontramos de pronto sobre las Encrucijadas, donde se levantaba la solitaria y vieja casa, tal como la fotografía la representaba.

Ahora bien: como desde hace mucho tiempo, y sea por lo que sea, no nos hemos lucido los españoles en las ciencias de observación y en el estudio de la naturaleza o del universo visible, bien se puede inferir que la corona de dichas ciencias y de dicho estudio, o sea la filosofía, o tiene que ser entre nosotros anacrónica y fuera de moda, o hasta cierto punto tiene que ser importada, como el telégrafo eléctrico, la fotografía, el teléfono, el fonógrafo y no pocas otras invenciones sutiles y pasmosas.

Una exclamación general de asombro se escapó de todos los labios, ahogando el sordo rugido de rabia y despecho que hinchó la garganta de Currita... Sobre el blanco terciopelo que forraba el interior destacábase, en toda su magnificencia, la obra maestra de Enrique de Arfe, el marco antiguo de plata cincelada que había regalado ella a Jacobo en aquel mismo estuche, con su propio retrato de reina japonesa... Este había desaparecido, y veíase en su lugar otra extraña fotografía: representaba una camelia de tamaño natural, y echada sobre ella como sobre el alféizar de una ventana, aparecía el busto de una mujer, de la dama duende que todos conocían, apoyada la mejilla izquierda sobre ambas manos cruzadas, mirando al frente con provocativa insolencia, sacando la lengua con gesto de pilluelo redomado a todo el que mirase el retrato por cualquier lado que fuese; por debajo, leíase escrito con muy buena letra inglesa: A LA EXCMA. SRA. CONDESA DE ALBORNOZ, Mademoiselle de Sirop.

Lo puse en manos de Rosa y le pregunté: Por si no has visto el retrato de Rodolfo V, ahí lo tienes. ¿Crees todavía que nadie se acordará de aquella vieja historia si me presento en la Corte de Ruritania? Mi cuñada miró el retrato y después a . ¡Cielo santo! exclamó arrojando la fotografía sobre la mesa. ¿Y qué dices, Roberto? pregunté.

Siempre el mismo sofá de cuadros amarillos, los dos sillones de paja, la Venus de Milo, y la Venus de Arlés en la chimenea, el retrato del poeta por Hébert, su fotografía por Esteban Carjat, y en un rincón, cerca de la ventana, el escritorio, una humilde mesita de oficial del registro, completamente atestada de librotes viejos y de diccionarios.

Pero lo que es yo, distingo perfectamente la diferencia entre tu cara y la que esa fotografía representa. ¿Pero no entre mi cara y la del grabado? La fotografía y el grabado se parecen, pero... ¿Pero qué? El grabado se parece más a ti. Mi hermano es todo un hombre, y a pesar de ser casado y de adorar a su mujer, nunca vacilaría yo en confiarle un secreto mío.

Para importa tan poco el físico en la cuestión del matrimonio, que no me fijé gran cosa en las facciones de aquel señor que me ofrecían como pudieran ofrecerme otra cosa. Ha comprendido usted mal, caballero dije al notario devolviéndole su fotografía. Preguntaba cómo era moralmente ese caballero, el señor X... hasta más amplia información. No tiene ningún vicio afirmó redondamente el notario.

Esta fotografía representa el sitio que andaba buscando por toda Inglaterra añadió, conservándola todavía en su mano. No tenía más que esta instantánea por guía, y, por lo tanto, nos vimos obligados a recorrer de arriba abajo todos los caminos reales del país, con el fin de encontrar el punto buscado.

Muy graciosa: lo que más admiraba en ella era su aire resuelto de muchacho. Posó una mirada amplia y profunda en la fotografía de Julio. Excelente mozo dijo . Una cabeza interesante... artística. En un baile de trajes obtendría un éxito. ¡Qué príncipe persa!... Una aigrette blanca en la cabeza sujeta con un joyel, el pecho desnudo, una túnica negra con pavos de oro...