United States or Ethiopia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ello fue que un día de fiesta, no pudiendo don Luis ir a buscarla, envió con el carruaje a una parienta, quien a la hora del almuerzo volvió sola, refiriendo que la buena madre había dicho que mademoiselle Paz no salía.

Devoró pronto una multitud, fijándose, como es lógico, en las de aquellas que más gloria alcanzaron y más esplendor han dado a la Iglesia: la vida de Santa Teresa, la de Santa Catalina de Siena, la de Santa Gertrudis, Santa Isabel, Santa Eulalia, Santa Mónica y la de algunas otras que, sin hallarse canonizadas aun, fueron célebres por su piedad y por las gracias espirituales que Dios les otorgó, como la Beata Margarita de Alacoque, Mademoiselle de Melum, etcétera.

Nadie dijo una palabra, nadie hizo un comentario... En el embarazoso silencio que deja al descubierto las grandes vergüenzas, oyóse tan sólo la suave vocecita de la Albornoz, que decía algún tanto temblorosa: ¿Mademoiselle de Sirop?... ¡Qué delicia!... ¿Si será prima del jarabe Henry Mure que han recetado a Fernandito?...

A me proporcionó un ejemplar el duque Decazes, y no pude resistir a la tentación de enviársela por el correo, con una fajita, a mademoiselle Dosne... ¡La cara que pondría!... ¡Ella que es tan pulcra, tan comedida!...

Sus ruidosos éxitos de bailarina restaban gravedad á sus extravíos; el reflexivo «Mercurio de Francia» elogió su arte muchas veces; los poetas más notables de su época festejaron su belleza, y si algunos satirizaron sus locuras, lo hicieron suavemente; el mismo Voltaire, en el apogeo entonces de su autoridad de su gloria, compuso en honor de María Ana y de mademoiselle Sallé estos versos famosos: Ah!

Y sin esperar respuesta, volvió a gritar desde la ventana: ¡Mademoiselle!... Traiga usted aquí a la niña... A poco entraba Monina seguida del aya, y corrió a echarse en el regazo de su abuela, mirando a Jacobo con esa media sonrisa de los niños mimados, acariciados por todo el mundo, que parece decir al extraño: ¿Pero no me dice usted que soy muy bonito?...

Allí es de ver cómo una prostituta, estudiado el temperamento de su víctima, le devuelve un billete de cien francos que de ella recibió, con el objeto de ganar su ánimo y apoderarse de toda su cartera. Allí es de ver la suma habilidad con que la elegantísima mademoiselle, convence á un hombre, de que jamás ha experimentado la pasion que su talento y su profunda simpatía la han hecho concebir.

La señorita deseaba conocer mi opinión sobre la próxima cosecha. También a él le había hecho la misma consulta mademoiselle Marcela la primera vez que se había aproximado a su sillón, atraído por la novedad de su habla castellana incrustada de palabras francesas e italianismos del léxico popular de Buenos Aires.

ELECTRA. Mademoiselle Lulú y yo pasamos el rato contándonos cositas. Hoy está desatinada. Lulú, ¡qué linda eres! Pero él es más bonito. ¡Qué feliz será mi amor contigo, y yo con los dos! MARQU

Sin su bienaventurada persona dicho sea de paso y el amor de marras, no en qué hubiera acabado aquello... ¿Qué dice Vd.? Digo le he respondido que casi estoy tentado de declinar el honor que me hacen los Funes, admitiéndome a su mesa... Ayestarain se echó a reir. ¡No embrome!... Le repito que no sabían dónde tenían la cabeza... Pero para opio, y morfina, y calmante de mademoiselle, , eh?