United States or Greece ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una carretela abierta, donde iban toreros, se acercó un instante al costado de la de Miguel y siguió adelante. Era la del Cigarrero, que contestó al saludo de Enrique y Miguel con la gravedad afable que le caracterizaba. El Serranito y Merluza, que iban con él, saludaron con más expansión. Me brindarás un par, ¿no es verdad, Baldomero? gritó Enrique.

Tus versos llegaron a ser clásicos. Se citaban con gravedad en el editorial por los periodistas contemporáneos y en la Cámara de Diputados por los oradores noveles, con el mismo respeto con que en la restauración se citaban los dísticos de Boileau. ¡El día de la patria te pertenecía; te pertenecía el día de toda fiesta nacional! ¡Hasta drama patriótico te había hecho el autor de tus días sin sospecharlo!

Casi todos los días, al sonar las seis de la tarde, despojábase de la gravedad del notario y partía para Maisons-Lafitte, donde había alquilado un chalet, y adonde acudían a verle sus amigos y hasta sus amiguitas. Jugaban en el jardín a toda clase de juegos campestres, y os garantizo que el columpio nunca holgaba.

Una vez cada año, el día de San Juan Bautista, se hacía la visita de inspección, como si dijéramos, por todos los establecimientos de confitería, y era de ver con qué gravedad y ceremonia el teniente de Asistente, acompañado por el escribano de cabildo, examinaba cacerolas, calderos, medidas y moldes, se enteraba del estado de los productos y se informaba prolijamente del personal y de su pericia para elaborar las delicadas confituras.

¡Clara! dijo doña Paulita con la expresión de estupor y gravedad del que hace un gran descubrimiento. ¿Sabe usted que su consejo es muy sabio? No creí yo ... Es verdad. Eso ¿por qué ha de ser malo? Yo siento ahora que tengo necesidad de ... salir, de andar, de respirar.... , es preciso. Estaba inmutada. Parecía que en su espíritu y en su organismo se verificaba una crisis muy transcendental.

La dicha investigación, la prueba y el cuidado se ordenan sólo para las figurantas, coristas y otra gente de segundo ó de tercer orden. Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostraré con un ejemplo.

Después de unos instantes de silencio, añadió con gravedad: , Cecilia, no sabes aún lo fácilmente que queda un marido en ridículo cuando tiene una mujer tan frívola, tan imprudente como Ventura. ¡Gonzalo!

No dijo más don Quijote, y esperó a que la princesa le respondiese, la cual, como ya sabía la determinación de don Fernando de que se prosiguiese adelante en el engaño hasta llevar a su tierra a don Quijote, con mucho donaire y gravedad, le respondió: -Quienquiera que os dijo, valeroso caballero de la Triste Figura, que yo me había mudado y trocado de mi ser, no os dijo lo cierto, porque la misma que ayer fui me soy hoy.

Eran los escultores de aquellas caprichosas e ingentes figuras que permanecían en pie, atentas, con gravedad silenciosa, a la invasión del hombre en las misteriosas esferas geológicas.

"¿Por qué le habían tapado también la cara?" pensó más tarde. Pero por nada en el mundo lo hubiera preguntado a su madre ni a persona alguna. Se lo impidió una especie de recelo sobrecogido y la misma gravedad dolorosa del suceso.