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Pero no hagamos historia y sigamos nuestro cuento. ¿Y olvidaréis, señor, lo que me habéis prometido para mi sobrinillo? dijo Elías. ¡Ah!, yo quisiera que V.M. le conociera: es el botarate mayor que ha nacido. Anoche habló en La Fontana y les volvió locos. Le aplaudían con unas ganas ... Yo también le aplaudí. Con tres oradores así nos hubiéramos ahorrado mucho dinero. El pobre ha hecho bastante.

¡Lobos decía el orador disfrazados de cordero, que vienen aquí fingiendo un amor á la libertad que no tienen! ¡Ofrecen oro á los oradores en pago de un discurso que exalte los ánimos de la multitud ignorante! : esos infames decía otro orador son los que preparan las asonadas y los que apedrean las casas de los Ministros.

Pero eso es parte de mi argumentación, el esfuerzo final, la peroratio, que dicen los oradores. Porque amigo Florián, siendo cosas las ideas, como lo acabas de dejar muy bien sentado y probado, no tienes más que pensar ó idearte un par de arenques rollizos y conjurar un frasco de leche de dos azumbres, con lo cual quedará tu estómago tan satisfecho y tan campante. ¿Con que esas tenemos, eh?

Frecuentan este sitio personas que vienen á pagar con el oro del rey el frenesí oratorio que enloquece al pueblo. ¡Quién! ¡Quién! ¿Quién de nosotros continuó el orador no conoce al llamado Coletilla? Es un realista fanático, un malvado agente de la casa grande. ¿No le conocéis? Este hombre es una culebra que se desliza entre nosotros para corromper á los oradores jóvenes.

La filosofía moderna alemana, la economía política y la historia son muy cultivadas por esa clase briosa y casi abandonada; y es de su seno que salen dia por dia, á pesar de mil dificultades, oradores elocuentes y escritores de buen temple, que un dia serán hombres de estado, porque el viento del siglo los empuja, pero que harán su carrera muy trabajosamente.

Sólo han producido aventureros militares y oradores de elocuencia transcendente; pero ningún Cid, ningún Gran Capitán, ningún Alba, ningún Cortés, ningún Pizarro. El progresista de nuestra edad necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguoLa verdad es que acerca de la España actual hay en el mundo muy desfavorables opiniones. Todavía somos estimados y ensalzados por nuestros artistas.

Iniciativa de las señoras argentinas residentes en París, que desean borrar el sabor de impiedad que han dejado otros oradores viajeros. Y también tenemos un conferencista de temas sociológicos, que creo es italiano.

Así hablaba el alma atribulada de Lázaro, mientras con los medios exteriores se dirigía al auditorio en un discurso, confuso, tortuoso, desigual y falto de lógica. Empezaron las toses. Dicen los oradores que al oír las toses en las pausas de sus discursos, se les hiela la sangre. Lázaro las oyó repetidas y comunicadas á todo el auditorio, y resonaron en su corazón como siniestros ecos.

Pasó días enteros ante las tribunas elevadas en las plazas, donde los clubs se declaraban en sesión permanente y los oradores sucedíanse día y noche, perorando con andaluza facundia sobre la divinidad de Jesús y la subida de los artículos de primera necesidad; hasta que, al venir tiempos represivos, una huelga le dejó en la difícil situación del obrero señalado por sus rebeldías, viéndose despedido de todos los talleres.

La fluida elocuencia del chorro no tenía fin jamás. Era como uno de esos oradores incansables que siempre están hablando de mismos. La aurora le encontraba engolfado en la misma tesis, y a Rufete diciendo con espantosa jovialidad: «No me convence, no me convence Su Señoría».